Vivat Academia (2025).

ISSN: 1575-2844


Recibido: 17/05/2025 Aceptado: 30/07/2025 Publicado: 12/09/2024

 

VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES EN EL CONTEXTO DE LA IRA Y LA REIVINDICACIÓN DE DERECHOS: UN ANÁLISIS DE LA RED SOCIAL X

VIOLENCE AGAINST WOMEN IN THE CONTEXT OF ANGER AND CLAIMING RIGHTS: AN X ANALYSIS

descarga Sinem Burcu Uğur: Universidad de Akdeniz, Turquía.

sinemburcu@akdeniz.edu.tr

descarga Fatma Yiğit Açikgöz: Universidad de Akdeniz, Turquía.

fatmayigit@akdeniz.edu.tr

descarga Hasan Cem Çelik: Universidad de Akdeniz, Turquía.

cemcelik@akdeniz.edu.tr

descarga Mehmet Arif Arik[1]: Instituto de Ciencias Sociales, Universidad de Akdeniz, Turquía.

m.arif.arik@gmail.com

descarga Mehmet Kayakuş: Universidad de Akdeniz, Turquía.

mehmetkayakus@akdeniz.edu.tr

descarga İ. Ayşad Güdekli: Universidad de Akdeniz, Turquía.

agudekli@akdeniz.edu.tr

descarga Serdar Paçaci: Universidad de Isparta de Aplicado Ciencias, Turquía.

serdarpacaci@isparta.edu.tr

descarga Derya Çizmeli: Instituto de Ciencias Sociales, Universidad de Akdeniz, Antalya, Türkiye.

202252058011@ogr.akdeniz.edu.tr


Este estudio fue un proyecto de investigación apoyado por la organización pública “Consejo de Investigación Científica y Tecnológica de Turquía” (TUBITAK), Proyecto n.° 122G088.

Cómo citar el artículo:

Uğur, Sinem Burcu; Yiğit Açıkgöz, Fatma; Çelik, Hasan Cem; Arık, Mehmet Arif; Kayakuş, Mehmet; Güdekli, İ. Ayşad; Paçacı, Serdar y Çizmeli, Derya (2025). Violencia contra las mujeres en el contexto de la ira y la reivindicación de derechos: un análisis de la red social X [Violence against women in the context of anger and claiming rights: An X analysis]. Vivat Academia, 158, 1-42. https://doi.org/10.15178/va.2025.158.e1621

 

RESUMEN

Las estadísticas internacionales y nacionales indican que Turquía lidera la lista de países de la OCDE con mayor prevalencia de violencia contra la mujer, con una tendencia al alza en los feminicidios. Conscientes de que las redes sociales no solo informan sobre los acontecimientos, sino que también moldean activamente la memoria colectiva, este estudio plantea la red social X (anteriormente conocida como Twitter) como un ecosistema de comunicación dinámico. Para ello, se analizaron 30 613 tuits originales en turco, publicados entre el 7 de noviembre de 2022 y el 16 de enero de 2023, mediante una metodología mixta: minería de texto automatizada para redes de hashtags y métricas de interacción, combinada con un análisis de contenido y discurso en dos etapas que conserva las características clave de la plataforma, como hashtags, menciones, emojis y extensión de los hilos. Sobre la base de la teoría de la fijación de la agenda de segundo nivel, la investigación sobre amplificación algorítmica de Bruns y Moe, y el marco de memoria digital de Ferron y Massa, se identificaron tres fenómenos de comunicación estratégica: puntos críticos de indignación (cascadas de indignación impulsadas por hashtags), peticiones de reivindicación de derechos (apelaciones a instituciones mediadas por menciones) y debates de resistencia colectiva (deliberaciones en hilos de conversación). Los picos en el discurso coinciden con rápidas cascadas de retuits y la promoción de temas del momento, las menciones directas funcionan como peticiones colectivas para el cambio legal y político, y los extensos hilos de respuestas fomentan contranarrativas sostenidas. Estos grupos temáticos actúan como expresiones emocionales y herramientas de comunicación táctica que aprovechan las posibilidades algorítmicas de X para coordinar la indignación pública e integrar las discusiones sobre el feminicidio en la memoria social. Al destacar estos mecanismos comunicativos, se demuestra el doble papel de X como reflejo e impulsor del sentir público, y se enfatiza su potencial para influir en los debates políticos y apoyar la defensa contra la violencia hacia las mujeres.

Palabras clave: X (Twitter), violencia contra las mujeres, feminicidio, memoria social, minería de datos. 


ABSTRACT 

International and national statistics indicate that Turkey leads OECD countries in the prevalence of violence against women, alongside a rising trend in femicides. Recognizing that social media platforms do more than report events—they actively shape collective memory—this study reconceptualizes X (formerly Twitter) as a dynamic communication ecosystem. We analyze 30,613 original Turkish-language tweets posted between 7 November 2022 and 16 January 2023 using a mixed-methods pipeline: automated text mining for hashtag networks and engagement metrics, combined with a two-stage content and discourse analysis that preserves key platform affordances such as hashtags, mentions, emojis, and thread depth. Drawing on second-level agenda-setting theory, Bruns & Moe’s algorithmic amplification research, and Ferron & Massa’s digital memory framework, we identify three strategic communication phenomena: “Anger Flashpoints” (hashtag-driven outrage cascades), “Rights-Claiming Petitions” (mention-mediated appeals to institutions), and “Collective Resistance Debates” (thread-based deliberations). Our findings reveal that spikes in discourse align with rapid retweet cascades and trending-topic promotions; direct mentions function as crowd-sourced petitions for legal and policy change; and extended reply threads nurture sustained counter-narratives. These thematic clusters act as both emotional expressions and tactical communication tools, leveraging X’s algorithmic affordances to coordinate public outrage and embed discussions of femicide within social memory. By highlighting these communicative mechanisms, we demonstrate X’s dual role as both a mirror and driver of public sentiment, emphasizing its potential to influence policy debates and support advocacy against violence toward women.

Keywords: X (Twitter), violence against women, femicide, social memory, data mining.

1. INTRODUCCIÓN

La violencia contra las mujeres y el homicidio constituyen una grave violación de los derechos humanos y un problema social a escala global. Este estudio no solo considera X (anteriormente Twitter) como una fuente de contenido, sino que la destaca como un entorno de comunicación dinámico cuyas posibilidades, como las campañas de hashtags, los mecanismos de retuit y la amplificación algorítmica, influyen activamente en qué mensajes ganan visibilidad y cómo se graban en la memoria colectiva. Datos internacionales muestran que la violencia contra las mujeres es un grave problema social tanto en Turquía como en muchos otros países. Los datos revelan que Turquía ocupa el primer lugar entre los países de la OCDE donde las mujeres están expuestas a la violencia, con una tasa del 38 % (Euronews, 2022). Este problema social, que se agrava día a día, no se limita a tragedias individuales, sino que también afecta profundamente el tejido social y moldea la memoria colectiva. Es importante destacar que esta memoria colectiva está mediada por las prácticas de comunicación en X: los temas del momento, las redes de menciones y los algoritmos de recomendación de la plataforma desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento o el silenciamiento de ciertas narrativas. En este punto, Blumer (1971) subraya la importancia de seleccionar y abordar sistemáticamente los problemas sociales en todas las sociedades, así como de fijar agendas y prioridades de acción, dada la infinita diversidad de problemas sociales.

Dentro de esta infinita diversidad, el papel de los medios de comunicación, y hoy en día, especialmente los digitales, se vuelve crucial para dar mayor visibilidad a ciertos temas en la agenda pública. En otras palabras, al centrarse en problemas sociales específicos y dirigir la atención pública hacia ellos, los medios de comunicación refuerzan la relevancia de estos temas y mantienen viva la conciencia social (Birkland, 1997). En el caso de X, sus posibilidades de microblogging (límite de caracteres, botón de retuit, hashtags de tendencia) constituyen herramientas de comunicación que determinan no solo de qué se habla, sino también la rapidez y la amplitud de su difusión.

Por otro lado, los avances en las tecnologías digitales de los últimos años han afectado significativamente nuestra forma de seguir los acontecimientos, tanto a nivel individual como colectivo (García-Gavilanes et al., 2017), lo que ha añadido una nueva dimensión a la teoría de la fijación de la agenda, surgida en el contexto de los medios de comunicación tradicionales. En particular, en los últimos años, los temas que los nuevos medios enfatizan y difunden, uno de los productos más importantes del desarrollo de las tecnologías de la comunicación, han adquirido una relevancia considerable en la creación de un espacio más amplio de debate y concienciación pública (Dwivedi y Pandey, 2013; Mehta et al., 2017). Esto, a su vez, ha influido en la manera en que creamos, almacenamos y recordamos la información, tanto a nivel individual como social (García-Gavilanes et al., 2017), permitiendo una participación más eficaz de las personas en los debates públicos (Yujie et al., 2022). Así, la transición de un modelo de difusión uno a muchos a un modelo de red muchos a muchos en plataformas como X ilustra cómo las posibilidades de comunicación empoderan a los usuarios para fijar y modificar la agenda.

Las plataformas de redes sociales, que atraen la atención por su uso generalizado entre las nuevas herramientas de comunicación, varían en sus características y propósitos de uso únicos. X (Twitter) (Griffin et al., 2017), que se utiliza con frecuencia en debates públicos gracias a su potencial para difundir información rápidamente a grandes audiencias mediante mensajes cortos y concisos, y a su enfoque en el intercambio de información, ha alcanzado un gran número de usuarios en poco tiempo y se ha convertido en una de las aplicaciones de microblogging más utilizadas en la actualidad (Auxier y Anderson, 2021). A través de su red de retweets y temas del momento en tiempo real, X funciona como un motor de comunicación, no solo como un tablón de anuncios: cada interacción del usuario influye en lo que ven los demás y, por lo tanto, en la economía de la atención colectiva.

Las características de X mencionadas anteriormente han creado una nueva esfera pública al desempeñar un papel importante en la construcción de la memoria colectiva, que puede definirse como la reflexión compartida sobre el pasado dentro de los grupos sociales. Sin embargo, aunque Turquía se encuentra entre los países donde la violencia contra las mujeres es más frecuente (Eroğuz, 2022), se observa que los estudios sobre la relación entre la violencia contra las mujeres y X son muy limitados (Alp, 2019; Astam y Yılmaz, 2023; Aydın, 2021; Dumanlı Kürkçü, 2018; Yıldız y Dursun, 2020; Keçeli, 2020; Okray, 2020; Öksüzoğlu, 2021; Silsüpür y Övüç, 2022), y no hay ningún estudio que aborde la violencia contra las mujeres en el contexto de las redes sociales y la memoria colectiva. Por lo tanto, este estudio tiene como objetivo revelar si X influye en la formación de la memoria social en torno a los feminicidios en Turquía y desentrañar cómo sus posibilidades de comunicación específicas (movilización de hashtags, cascadas de retuits y curación algorítmica) contribuyen a este proceso.

2. PANORAMA GENERAL DE TURQUÍA Y LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

La violencia contra las mujeres en Turquía es endémica y está normalizada, lo que refleja estructuras sociales profundamente arraigadas que perpetúan los desequilibrios de poder basados en el género. Datos internacionales indican que el 38 % de las mujeres turcas sufren alguna forma de violencia, la tasa más alta entre los países de la OCDE (Euronews, 2022). Las estadísticas nacionales agravan la urgencia del problema: entre 2008 y 2023 se registraron 4.401 feminicidios, la mitad cometidos por parejas íntimas, y algunos de los casos más notorios generaron una gran indignación pública (Federation of the Women Associations in Türkiye y United Nations Population Fund[2], 2023). Sin embargo, estas cifras brutas solo reflejan una dimensión de un fenómeno complejo. Los patrones de abuso fuera de línea (psicológico, sexual y físico) se reflejan y magnifican en línea, donde las posibilidades que ofrece X (antes Twitter) crean nuevos espacios tanto para la solidaridad como para la controversia (Bruns y Moe, 2014). Los hashtags como #kadınaşiddet agrupan relatos de indignación, las cascadas de retuits amplifican los testimonios y las redes de menciones funcionan como peticiones ad hoc, todo lo cual da forma activamente a la memoria colectiva en lugar de simplemente reflejarla.

La persistencia de la violencia de género en Turquía se origina en un orden patriarcal arraigado que se ha resistido a la creciente participación de las mujeres en los negocios, la política y la sociedad civil (Başar y Demirci, 2015; Özçatal, 2011). Esta tensión se manifiesta tanto en la esfera privada como en la pública: las sobrevivientes pueden hablar con mayor libertad sobre el acoso callejero o el abuso laboral, y aprovechan las publicaciones masivas y las respuestas en cadena de X para movilizar apoyo y generar respuestas rápidas en red; sin embargo, la violencia doméstica suele permanecer oculta tras un velo de vergüenza, y las víctimas se muestran reacias a compartir sus testimonios privados en el discurso público. En X, esta dicotomía es visible en el contraste entre los mensajes directos de baja visibilidad, donde circulan relatos íntimos dentro de grupos cerrados, y las campañas de hashtags de alta visibilidad que transforman historias individuales en narrativas colectivas de resistencia. Esto demuestra cómo el diseño de la plataforma restringe y permite diferentes formas de expresión (García-Gavilanes et al., 2017).

Como complemento a estas observaciones cualitativas, los datos de apoyo formal revelan la magnitud de la crisis: entre 2007 y 2021, la Línea de Ayuda contra la Violencia Doméstica en Turquía recibió 28.198 llamadas, el 80 % de mujeres que buscaban asistencia (We Will Stop Femicide Platform Establishment[3], 2024). El análisis temporal muestra una correlación sorprendente: los picos en las llamadas entrantes suelen coincidir con aumentos repentinos en las menciones de #feminicidio en X, lo que indica que los casos de gran repercusión desencadenan picos sincronizados en la interacción digital y la búsqueda de ayuda (Ferron y Massa, 2011a). Estos patrones sincrónicos funcionan como “desencadenantes de la memoria digital”, donde el contenido promocionado algorítmicamente, tales como paneles de temas en tendencia, notificaciones push y grupos de retuits, refuerza la urgencia fuera de línea al reciclar narrativas clave hasta que se arraigan en la conciencia tanto personal como colectiva (Sturken, 2008).

En respuesta a la epidemia de violencia, las autoridades turcas han adoptado una estrategia de tres pilares: impulsar la transformación social mediante la educación y las campañas públicas, fortalecer los mecanismos de protección de las víctimas y reforzar la disuasión penal (Akgün, 2022). Cada pilar se entrelaza con la defensa digital en X: campañas coordinadas con hashtags (p.ej., #EnoughIsEnough) recopilan peticiones públicas; las menciones con @ dirigen preguntas a parlamentarios y ministerios en tiempo real, y ejercen presión para la reforma legislativa; y los hilos multimedia comparten recursos legales y contactos de apoyo. Sin embargo, persisten deficiencias, especialmente en regiones con menor penetración de internet y alfabetización digital, lo que pone de manifiesto una brecha de acceso donde la capacidad de movilizar la solidaridad en línea se distribuye de forma desigual (Dwivedi y Pandey, 2013).

Un momento clave fue la retirada de Turquía del Convenio de Estambul de 2011 el 1 de julio de 2021, justificada oficialmente como la preservación de los “valores familiares tradicionales” (Head of Communications[4], 2021). La decisión desató una protesta inmediata y sostenida en X: hashtags como #IstanbulConvention y #ConventionShock fueron tendencia durante días, lo que generó decenas de miles de publicaciones que no solo documentaron el descontento, sino que también impulsaron la movilización mediante actualizaciones en tiempo real, enlaces a transmisiones en directo y convocatorias a manifestaciones callejeras con geolocalización. Este episodio ilustra el doble papel de X como espejo y moldeador del sentir público: si bien la cobertura de los principales medios de comunicación informó sobre la retirada, fueron las funcionalidades de la plataforma, como las cronologías persistentes, republicación rápida y alertas directas, las que mantuvieron el impulso de la protesta y difundieron narrativas alternativas (Tufekci, 2017).

Fundamentalmente, el contexto turco revela cómo la curación algorítmica amplifica ciertas voces y silencia otras. Los algoritmos de agrupación de hashtags priorizan la novedad y la velocidad de interacción, lo que genera episodios de indignación que pueden eclipsar debates políticos de desarrollo más lento. Al mismo tiempo, las estructuras de respuestas encadenadas permiten una deliberación sostenida entre activistas, supervivientes y expertos, para crear foros digitales que replican, y a veces superan, a los foros cívicos tradicionales en alcance e inmediatez (Bruns y Moe, 2014). Las redes de menciones funcionan como canales de presión ad hoc, donde los mensajes tipo generados masivamente y dirigidos a los responsables de la toma de decisiones pueden influir en la agenda informativa y los calendarios legislativos, y poner en práctica una forma de fijación de la agenda de segundo nivel en la que no solo los temas, sino también las estrategias de encuadre y la relevancia de los atributos son coproducidos por usuarios y algoritmos.

En resumen, la violencia contra las mujeres en Turquía no puede comprenderse únicamente a través de estadísticas tradicionales o textos mediáticos aislados. La interacción entre normas patriarcales arraigadas y las posibilidades que ofrecen los nuevos medios genera un ecosistema digital en el que la memoria colectiva se cocrea, se cuestiona y se redefine continuamente. Al examinar los mecanismos impulsados por estas posibilidades, tales como los puntos de inflexión en redes sociales, cascadas de retuits, peticiones de menciones y debates en foros, que dinamizan el discurso sobre el feminicidio en X, se puede comprender mejor cómo se negocian las dinámicas de poder de género tanto en el ámbito virtual como en el físico. Esta perspectiva centrada en la comunicación no solo enriquece la comprensión teórica de la fijación de la agenda y la memoria digital, sino que también apunta hacia estrategias de incidencia más eficaces que aprovechan las capacidades únicas de X para mantener la participación pública e impulsar cambios en las políticas.

3. FİJACİÓN DE LA AGENDA, REDES SOCIALES Y MEMORIA COLECTIVA

La teoría de la fijación de la agenda demostró originalmente que los medios de comunicación de masas moldean las prioridades públicas al seleccionar qué temas reciben mayor visibilidad y al enmarcarlos mediante el lenguaje y el énfasis (McCombs y Shaw, 1972). En contextos tradicionales, los editores deciden qué publicar; en X, sin embargo, esta función de control se distribuye entre múltiples recursos (hashtags, retuits masivos, recomendaciones algorítmicas y conversaciones en hilos) que dinámicamente realzan ciertas narrativas y silencian otras. Este cambio de enfoque, de “quién fija la agenda” a “cómo se fija la agenda”, se alinea con la fijación de la agenda de segundo nivel, que se refiere no solo a la relevancia del tema, sino también a la de sus atributos: cómo se comunican y priorizan las características de un tema o actor (McCombs y Shaw, 1972; Bruns y Moe, 2014).

En X, la cultura de los hashtags funciona como un mecanismo de indexación que agrupa contribuciones dispersas en conjuntos coherentes de significado. Un hashtag como #kadınaşiddet se convierte en un banner digital en el cual se agrupan testimonios individuales y enlaces a noticias. Esto desencadena una amplificación algorítmica: una vez que la frecuencia y la velocidad de un hashtag superan los umbrales definidos por la plataforma, aparece en los paneles de “temas del momento”, lo que invita a una mayor interacción por los usuarios (Kwak et al., 2010; Bennett y Segerberg, 2012). Este proceso ilustra el concepto de “posibilidad algorítmica” de Bruns y Moe, según el cual el código de la plataforma y el comportamiento del usuario interactúan para amplificar los memes emergentes, lo que habilita efectivamente una función de la fijación de la agenda de segundo nivel al controlar no solo qué se ve, sino también cómo se ve (Bruns y Moe, 2014).

Las cascadas de retuits constituyen otra herramienta crucial. Cuando un grupo selecto de cuentas influyentes comparte un mensaje, ya sea el relato en primera persona de un superviviente o el comentario de un experto legal, cada retuit multiplica exponencialmente su alcance. Estas cascadas funcionan como eventos de microamplificación que intensifican la indignación moral, y genera ciclos de retroalimentación entre las publicaciones de alta visibilidad y las métricas de visibilidad algorítmica (Murthy, 2011; Tufekci, 2017). De esta manera, el número de retuits opera como indicador de rendimiento y determinante de una mayor exposición, lo que refuerza la memoria colectiva mediante la circulación repetida.

Las menciones tipo @ transforman los tuits individuales en llamamientos dirigidos. Al incluir a políticos, periodistas u ONG en sus publicaciones, los usuarios convierten la conversación informal en una defensa específica. Cada mención funciona como una petición digital, y aprovechan la prueba social y la visibilidad para presionar a los responsables de la toma de decisiones. Esta posibilidad se alinea con el marco de “acción conectiva” de Bennett y Segerberg, en el que la distribución de contenido personalizado mediante menciones potencia la movilización distribuida sin un control organizativo centralizado (Bennett y Segerberg, 2012).

Las conversaciones encadenadas (cadenas de respuestas y citas de tuits) permiten un discurso deliberativo que trasciende el límite de 280 caracteres de X. Los hilos extensos facilitan la acumulación de pruebas, la contextualización del análisis jurídico y el intercambio de recursos multimedia. Estas estructuras secuenciales funcionan como equivalentes digitales de asambleas públicas, y mantuenen la participación ciudadana más allá del pico inicial de repercusión viral. Como señalan Halbwachs (1992) y Sturken (2008), la memoria colectiva se construye y refuerza mediante la narración repetida; los diálogos encadenados proporcionan la continuidad narrativa necesaria para transformar la indignación efímera en una conciencia social duradera.

La interacción entre estas posibilidades genera una memoria colectiva impulsada por los medios, mediada tanto por el tiempo como por algoritmos. Los picos en el uso de hashtags suelen coincidir con aniversarios de casos emblemáticos, como el asesinato de Emine Bulut el 10 de noviembre, lo que demuestra el papel de los “desencadenantes de la memoria” en la reactivación del discurso público (Kanhabua et al., 2013). Ferron y Massa (2011a) y Etter y Nielsen (2015) muestran cómo las plataformas digitales preservan y hacen visibles los artefactos de la memoria; en X, estos artefactos incluyen tuits fijados, colecciones de momentos seleccionadas por los usuarios y archivos de hashtags, que funcionan como repositorios de experiencias compartidas.

Al mismo tiempo, estudios recientes advierten que la opacidad algorítmica y los incentivos basados en la interacción pueden distorsionar la formación de la memoria. El contenido que provoca reacciones emocionales intensas (ira, miedo, indignación moral) tiende a priorizarse, lo que puede relegar a un segundo plano debates políticos complejos o redes de apoyo a supervivientes (García - Gavilanes et al., 2017; Cook et al., 2012). Esta retención selectiva subraya la necesidad de reflexionar críticamente sobre cómo las decisiones de diseño de las plataformas moldean no solo lo que recordamos, sino también cómo lo recordamos.

En resumen, las funcionalidades de X habilitan una función de la fijación de la agenda de segundo nivel al determinar no solo qué temas (como los feminicidios) adquieren visibilidad, sino también qué marcos, registros emocionales y estructuras narrativas dominan el discurso público. El resultado es una memoria colectiva digital que se coproduce continuamente entre usuarios y código, lo que destaca el doble papel de X como espejo y motor de la conciencia social. Comprender estos mecanismos es esencial para académicos y profesionales que buscan aprovechar las redes sociales en la lucha contra la violencia hacia las mujeres.

4. OBJETIVOS

A partir del análisis teórico y contextual previo, este estudio plantea sus objetivos como indagaciones sobre las posibilidades comunicativas de X y su papel en la codificación, circulación y mantenimiento de la memoria colectiva de la violencia contra las mujeres. En lugar de tratar los tuits simplemente como datos puntuales, se conceptualiza cada hashtag, emoji, GIF, cascada de retuits e intercambio en hilos como un acto de comunicación estratégica que da forma al discurso público y a la memoria social. En consecuencia, el objetivo principal es:

Dilucidar cómo se interrelacionan la violencia contra las mujeres, la memoria colectiva y las prestaciones de las redes sociales en X, y revelar así los mecanismos de la plataforma para enmarcar, amplificar y preservar las narrativas de violencia de género, e informar las intervenciones políticas y de defensa digital.

Para lograr esto, se plantean tres preguntas de investigación que integran el análisis de prestaciones con la fijación de la agenda de segundo nivel y los marcos de memoria digital:

En conjunto, estos objetivos guían una exploración centrada en la comunicación del doble papel de X como espejo (que refleja la violencia de género fuera de línea) y motor (que da forma a la indignación, la movilización y la memoria en línea) en el contexto turco.

5. METODOLOGÍA

En este estudio, se aborda X no solo como un repositorio de datos, sino como un ecosistema de comunicación dinámico cuyas posibilidades influyen activamente en la creación, propagación y preservación del discurso sobre la violencia contra las mujeres. Con una licencia Enterprise/Premium, recopilamos publicaciones en turco del punto de acceso “buscar todos los tweets” de X, desde el 7 de noviembre de 2022 hasta el 16 de enero de 2023. Para ello se equilibró cuidadosamente las limitaciones de frecuencia con el límite de 280 caracteres de la plataforma para garantizar la fidelidad temporal y la integridad del mensaje (Boyd et al., 2010; Wheeler, 2018). El proceso de recopilación de datos, implementado en Python con Tweepy, se desarrolló en cuatro etapas. En primer lugar, se aislaron los tuits originales y se registró su número de retuits como indicador de la capacidad de difusión. En segundo lugar, se extrajeron hashtags (p. ej., #kadınaşiddet, #IstanbulConvention) para mapear las posibilidades de agrupación temática e indexación que agrupan contribuciones dispersas bajo etiquetas unificadas (Kwak et al., 2010). En tercer lugar, se capturaron las menciones tipo @ para construir gráficos de comunicación dirigida; cada mención funciona como una petición digital o un llamamiento específico a legisladores, medios de comunicación y grupos de defensa (Bennett y Segerberg, 2012). En cuarto lugar, se registraron las métricas de interacción (me gusta, respuestas, retuits) como indicadores de resonancia, lo que reveló qué mensajes alcanzan visibilidad impulsada por algoritmos.

Durante el preprocesamiento, se eliminaron las URL, los dígitos y la puntuación en base a los protocolos estándar de minería de texto (Hickman et al., 2022), mientras que los emojis y las referencias a GIF (señales afectivas clave) se conservaron y codificaron por separado para rastrear las posibilidades de expresión emocional dentro de los marcos textuales. Para analizar tanto el contenido como su estructura comunicativa, dos codificadores independientes emplearon una metodología mixta que combinó el análisis cuantitativo de contenido (mediante la categorización de los tuits según su enfoque temático y el uso de sus posibilidades de expresión) con el análisis cualitativo del discurso basado en el marco crítico del discurso de Fairclough, donde se examinó los recursos retóricos, las metáforas de encuadre y la interacción entre las características de la plataforma y la construcción narrativa. La fiabilidad entre codificadores superó el valor κ = 0,80 de Cohen, lo que subraya la aplicación coherente de los códigos.

Todos los tuits analizados eran de acceso público; para garantizar el cumplimiento de las normas éticas, se anonimizaron los identificadores de las cuentas y no se conservaron nombres reales ni imágenes de perfil. Asimismo, se realizó una revisión de posibles sesgos algorítmicos, si se tiene en cuenta que los algoritmos de recomendación de X pueden priorizar el contenido con mayor interacción, lo que podría afectar la representatividad de la muestra en esta investigación.

Al integrar el análisis de prestaciones dentro de un diseño robusto de métodos mixtos, la metodología aquí usada esclarece cómo las características técnicas únicas de X (agrupación de hashtags, cascadas de retuits, redes de menciones y métricas de participación) no solo transmiten, sino que median activamente y sostienen el discurso sobre la violencia contra las mujeres, para dar forma a la memoria colectiva e informar la defensa digital estratégica.

5.1. Participantes y Procedimiento

El conjunto de datos se construyó mediante consultas específicas en X API, en las que se filtraron los tuits que contenían palabras clave relacionadas con la violencia contra las mujeres (por ejemplo, “feminicidio”, “violencia contra las mujeres”, “derechos de las mujeres”) y los nombres de víctimas de gran repercusión mediática (Özgecan Arslan, Münevver Karabulut, Pınar Gültekin, Azra Gülendam Haytaoğlu, Şule Çet, Emine Bulut). Al crear el conjunto de datos, dos expertos independientes revisaron los tuits que contenían palabras clave repetidas o múltiples y los filtraron para evitar duplicaciones. Cada palabra clave actuó como un nodo de comunicación, lo que permitió realizar un seguimiento semanal del volumen (véanse las figuras 1 y 2) y nos permitió trazar un mapa de los picos en el discurso tras acontecimientos destacados.

Los tuits se capturaron a través del punto final “buscar todos los tuits” con parámetros para excluir los retuits y las publicaciones que no estuvieran en turco. Los criterios de inclusión se centraron en los tuits originales que reflejaban opiniones personales, llamadas a la acción y reflexiones colectivas; los tuits debían contener al menos un elemento (hashtag, mención, URL o emoji) para ser retenidos para el análisis.

El análisis del contenido siguió un procedimiento de codificación en dos etapas realizado en Excel: Los códigos de primer nivel distinguían entre el encuadre emocional (por ejemplo, ira, empatía) y las estrategias de comunicación (por ejemplo, movilización de hashtags, llamamientos a la acción). Los códigos de segundo nivel identificaban subtemas como “ira hacia el Estado” o “llamamientos a la reforma legal”. Las características de la comunicación (extensión de los hilos, frecuencia de los hashtags, redes de menciones) se cuantificaron y se cruzaron con los códigos temáticos.

La fiabilidad entre codificadores se garantizó mediante la codificación independiente realizada por dos investigadores, que alcanzó un coeficiente Kappa de Cohen > 0,85 en una muestra del 10 % de los tuits. Se mantuvo un registro de auditoría de los registros de consultas, las versiones del libro de códigos y los resultados de los scripts para documentar la transparencia del procedimiento de recopilación y preprocesamiento de datos.

Entre las palabras clave utilizadas para crear el conjunto de datos se encuentran los nombres de víctimas emblemáticas de feminicidio, cada una de ellas seleccionada por su presencia continuada en los medios de comunicación, su papel catalizador de la protesta social y sus controvertidas repercusiones legales. Por ejemplo, el asesinato de Münevver Karabulut en 2009 se hizo famoso debido a la situación socioeconómica del autor, la prolongada persecución y las supuestas irregularidades en la investigación. Del mismo modo, el caso de Şule Çet en 2018, inicialmente clasificado como suicidio, provocó una indignación generalizada y la posterior revisión de los procesos judiciales. Los asesinatos de Pınar Gültekin y Azra Gülendam Haytaoğlu provocaron narrativas de segregación social, mientras que la muerte de Emine Bulut, grabada públicamente, puso de relieve el papel de los medios de comunicación ciudadanos en la configuración de la memoria colectiva. El brutal asesinato de Özgecan Aslan puso de relieve la intersección entre la violencia de género y la seguridad en el transporte público. Todos estos casos funcionan como símbolos comunicativos en el discurso de X sobre el feminicidio.

Figura 1.

Distribución semanal de palabras clave basadas en nombres y relacionadas con casos de feminicidio. 

Fuente: Elaboración propia.

Figura 2.


Distribución semanal de palabras clave conceptuales relacionadas con la violencia contra las mujeres.


 Fuente: Elaboración propia.

En la investigación sobre la comunicación, el análisis de contenido no solo sirve para estructurar sistemáticamente grandes corpus de datos (Fiske, 2010), sino también para examinar cómo se representan los fenómenos sociales a través de modalidades textuales y visuales específicas (Bell, 2012). En este estudio, se combinó la minería de textos automatizada con un análisis de contenido basado en el discurso para captar tanto la sustancia semántica como las posibilidades comunicativas presentes en los tuits de los usuarios X. Durante el preprocesamiento, se eliminaron los elementos superfluos (URL, dígitos, signos de puntuación), al tiempo que se conservaron deliberadamente las características específicas de la plataforma (hashtags, menciones, emojis) como señales clave de la intención del usuario. A continuación, se aplicó un protocolo de codificación en dos etapas en Excel: los códigos de primer nivel asignaron cada tuit a una categoría temática (por ejemplo, “Femicidio”) y a un marco emocional (por ejemplo, “Ira”), y los códigos de segundo nivel los refinaron en subcategorías (por ejemplo, “Ira hacia el Estado”) para identificar con precisión los objetivos de la crítica. Para garantizar la fiabilidad, dos codificadores independientes obtuvieron un κ de Cohen > 0,80 en una muestra aleatoria del 10 %, y todas las decisiones de codificación se documentaron en un registro de auditoría. En todo momento, se conservó el texto original del usuario (mayúsculas, ortografía y puntuación) para mantener la integridad de las prestaciones de X. Este enfoque metodológico híbrido sitúa nuestro análisis directamente dentro de los estudios de comunicación, ya que revela no solo lo que se dice sobre la violencia contra las mujeres, sino también cómo el diseño de X da forma a la aparición, la difusión y la interpretación de esos mensajes.

Tabla 1.

Ejemplo de codificación temática inicial (primer nivel) realizada en Microsoft Excel para tuits que contienen la palabra clave “violencia contra las mujeres”.

K1

KC

Enojo

El Estado y sus instituciones son responsables.

K1

 

K2

KC

 

KC

Enojo

 

Enojo

 

Las normas legales protegen al delincuente.

El Estado, las fuerzas del orden y el poder judicial han dejado a las mujeres a su suerte.

K1: Código de usuario (Usuario 1 de X = K1)

KC: Categoría general (KC = Feminicidio)

Ira: Categoría principal

Las normas legales protegen al infractor (KC=Opinión del usuario)

Fuente: Elaboración propia.


Tabla 2.

Ejemplo de codificación temática de segundo nivel en Microsoft Excel basada en la palabra clave “violencia contra las mujeres”.

K1

KC

Enojo

Enojo con el estado

El Estado y sus instituciones son responsables.

K1

 

 

K2

KC

 

 

KC

Enojo

 

 

Enojo

Leyes a favor del culpable

 

 

Abandonadas a su suerte

Las normas legales protegen al delincuente.

El Estado, las fuerzas del orden y el poder judicial han abandonado a las mujeres a su suerte.

K1: Código de usuario (X Usuario 1 = K1)

KC: Categoría general (KC = Feminicidio)

Ira: Categoría principal

Enojo contra el Estado (Subcategoría)

Las normas legales protegen al infractor (KC=Opinión del usuario)

Fuente: Elaboración propia.

6. RESULTADOS

A partir del análisis temático y del análisis de la capacidad de comunicación en X (movilización de hashtags, cascadas de retuits y métricas de participación), surgieron tres temas principales: ira, lucha por los derechos y resistencia. Estos temas reflejan no solo el contenido del discurso de los usuarios, sino también cómo las características de la plataforma X dan forma y amplifican las reacciones colectivas ante la violencia contra las mujeres.

Además, estas discusiones están arraigadas en la memoria social y vinculadas a emociones como la ira, la lucha por los derechos y la resistencia. Además de los hashtags y los retuits, la función del hilo surgió como un mecanismo fundamental en la formación y la preservación de la memoria colectiva. El 12 de diciembre de 2022, un hilo de conversación iniciado con el hashtag #EmineBulut obtuvo veinticuatro respuestas en tres niveles anidados entre quince usuarios distintos. En este intercambio, los participantes no solo compartieron testimonios afectivos, sino que también deliberaron sobre novedades legales pertinentes, lo que prolongó el diálogo durante varios días. La infraestructura algorítmica de X detectó esta participación en capas como una señal de “más conversación”. Como resultado, mantuvo la prominencia del hilo en las líneas de tiempo de los usuarios durante un período prolongado. En consecuencia, la capacidad del hilo hizo más que propagar publicaciones individuales. Ayudó a mantener la continuidad del discurso colectivo, lo que reforzó la memoria social de la violencia contra las mujeres.

Tabla 3.

Temas emergentes identificados mediante análisis cualitativo del contenido.

Categorías

Códigos

Ira

La violencia es causada por la negligencia y la connivencia del Estado y sus instituciones.

-La violencia contra mujer es algo político.

-Las regulaciones legales protegen al agresor, no a la víctima.

-Tanto el agresor como la víctima de la violencia suelen desconocer la existencia de la violencia, especialmente en el caso de la violencia psicológica.

-Los activistas contra la violencia también son agresores.

-La intensa reacción ante la violencia conduce a la fragmentación de la ira social.

-Quienes hablan de violencia son oportunistas.

-La reacción ante la violencia es, en esencia, un ataque a las estructuras sociales patriarcales, las normas sociales y las instituciones.

-El fenómeno de la violencia contra las mujeres es una invención de ignorantes y traidores.

Lucha por los derechos

-Que Dios castigue al culpable.

-Me gustaría castigar al culpable yo mismo.

-Castiguen al culpable como se merece.

Resistencia

-La formación y el mérito son esenciales.

-Un servicio de asistencia eficaz es esencial.

Fuente: Elaboración propia.

6.1. Categoría 1: Ira

La ira surge como el primer tema central en el discurso de los usuarios de X sobre la violencia contra las mujeres, dirigida tanto a las instituciones materiales (familia, educación, política, derecho, religión, medios de comunicación) como a las estructuras inmateriales (tradiciones, creencias, actitudes) consideradas responsables del fracaso sistémico. En X, la ira no es solo una reacción emocional a la injusticia percibida (Averill, 2012; Harmon-Jones y Peterson, 2009; Lerner y Tiedens, 2006; Schieman, 2009), sino también una práctica mediada digitalmente: los usuarios aprovechan las posibilidades que ofrece la plataforma, como hashtags (#kadınaşiddet, #Susma), cascadas de retuits, conversaciones encadenadas y redes de menciones, para amplificar las críticas a las entidades que no previenen o no pueden prevenir la violencia.

Esta expresión de ira basada en las posibilidades de la plataforma cumple dos funciones: señala el dolor personal y moviliza el compromiso colectivo. El elevado número de retuits y “me gusta” transforma los tuits individuales en marcadores visibles de indignación. Mientras tanto, los tuits citados y los hilos de varios tuits añaden capas de testimonio personal a la crítica pública. De este modo, la ira en X funciona tanto como un acto interpretativo como un desencadenante de la memoria colectiva, que muestra cómo los usuarios construyen y mantienen colectivamente la indignación contra la injusticia de género.

Los elementos materiales e inmateriales de la estructura social surgieron como objetivos principales de la ira colectiva en X, y los usuarios acusaron a las instituciones ―la familia, la educación, la política, la ley, la religión y los medios de comunicación― de ser cómplices en la perpetuación de la violencia contra las mujeres. Gracias al aprovechamiento de las funciones de la plataforma (hashtags como #kadınaşiddet para aglutinar la indignación, cascadas de retuits para amplificar las críticas y menciones tipo @ para dirigirse directamente a los responsables), estos tuits convirtieron la frustración privada en llamamientos visibles y promovidos algorítmicamente para exigir responsabilidades. Esta dinámica impulsada por las funciones de la plataforma transformó las expresiones aisladas de dolor en desencadenantes de la memoria compartida, enmarcando a estas instituciones no solo como espectadoras, sino como nodos activos en la reproducción de la injusticia de género:

Todos los días leo sobre al menos 3 o 4 asesinatos de mujeres aquí. El Estado, las fuerzas del orden y el poder judicial han abandonado a las mujeres a su suerte. Esta situación debe cambiar[5] (Indignación hacia la política, la ley y las instituciones de seguridad). (U1[6], 2023)

Un alcalde cree que no habrá peligro si no hay perros en las calles. Somos los primeros del mundo en feminicidios y maltrato infantil. Cada día desaparecen una media de 10 niños. Las drogas han llegado incluso a los niños de primaria. Pero las calles son inseguras por culpa de los perros[7] (Indignación hacia la institución política). (U2, 2023)

Mientras tanto, los hombres que violan a niños, hombres y mujeres, que infligen violencia a las mujeres y aún no son castigados de ninguna manera, andan libremente por la calle, y 7 años de prisión porque alguien se levantó y tiró dinero turco. Me gustaría que miraran el estado del país antes que su orgullo nacional, para que los acosadores no estuvieran libres en pleno proceso[8] (Ira hacia la institución legal). (U3, 2022)

Tengo 58 años, hace 30 años no había este tipo de incidentes (violencia contra las mujeres, asesinatos, abuso de sustancias) porque no había televisión en todos los hogares, uno de los factores más importantes que han llevado a la sociedad a esta situación son las series que se emiten en televisión, existe una institución llamada RTÜK, pero no hay control[9] (Ira hacia la institución mediática). (U4, 2023)

Encuentre una solución a los divorcios contenciosos, hay casos que duran entre 6 y 10 años, al final de los cuales las partes se matan entre sí, simplemente por tomar partido como feminicidio, se está alimentando la violencia, ustedes son la causa de esta violencia, ¿por qué su ministerio supervisa estos problemas[10]? (Ira hacia las instituciones legales y políticas). (U5, 2023)

No son imanes. Son empleados asalariados. Guardan silencio cuando se trata de la moralidad pública. Cuando se trata de robos, corrupción, violación de niños, asesinato de mujeres, derechos de los sirvientes, no abren la boca. Porque son máquinas de discos. Tocan la canción de quien echa la moneda[11] (Ira hacia las instituciones religiosas y políticas). (U6, 2023)

Por desgracia, la importancia del Convenio de Estambul vuelve a salir a la luz con la noticia del asesinato de una mujer. Mientras exista la percepción de “me acostaré con ella y me iré”, más mujeres serán decapitadas, metidas en barriles y quemadas, y seguirán existiendo cientos de métodos asesinos (Ira hacia la institución legal). (U7, 2023)

Oh, hermano, ¿no son siempre estas leyes las que dan valor a los humanoides? Además, ¿no es siempre el caso de que una mujer que no puede defenderse después de su muerte es convertida en criminal y al asesino se le reduce la pena? Todos lo hemos visto en el caso de Pınar Gültekin (Ira hacia la institución legal). (U8, 2023)

Los usuarios aprovecharon las funciones de X para expresar la creencia generalizada de que las instituciones fundamentales restan importancia de manera sistemática a la violencia contra las mujeres. Etiquetaron sus críticas con #kadınaşiddet, retuitearon publicaciones que condenaban la educación, la ley, la religión y las estructuras familiares, y crearon exposiciones en varios tuits en las que destacaban los fallos institucionales. A través de estas acciones, enmarcaron la violencia como un fenómeno cotidiano que se reproduce de manera consciente. El gran volumen de retuits en cascada y la amplificación algorítmica de estas narrativas subrayan la creencia compartida de que los sistemas legales y políticos protegen activamente a los agresores, una idea que alimenta la indignación colectiva.

Una corriente paralela de ira se centró en las normas culturales y espirituales (tradiciones, costumbres, sistemas de creencias y actitudes) que los usuarios consideraban responsables de legitimar la violencia. En muchas publicaciones con gran participación, esta ira se extendió a los defensores de los derechos de las mujeres, percibidos como hipócritas u oportunistas:

La próxima vez que veas a quienes salen a la calle para defender los derechos de las mujeres, diles a la cara: “¡SOIS MENTIROSOS Y FALSOS! ¡NO OS INTERESAN LOS DERECHOS DE LAS MUJERES!”. Cientos de niñas y mujeres inocentes han sido detenidas y enviadas a la cárcel en dos días, ¡pero nadie dice nada! (U9, 2023)

Hay tantas organizaciones de derechos de las mujeres. ¿Dónde estáis? ¿Qué hacéis? ¿Quién es una mujer para vosotros? Pero la nación en su conjunto, la oposición, los intelectuales, los escritores, los periodistas, los artistas, las instituciones estatales, los que están en el poder y aún tienen una pizca de conciencia, los activistas de derechos humanos, los defensores de los derechos de las mujeres, etc. (excepto una pequeña minoría) guardan silencio. (U10, 2022)

No solo tus compañeras están siendo atacadas, mis compañeras también lo están. Todas mienten con la excusa de “yo soy la mayor defensora de los derechos de las mujeres” y esperan al acecho a ver si sale algo de esto. (U11, 2023)

Los usuarios utilizaron las funciones de X para poner en duda a las defensoras de los derechos de las mujeres que se identificaban como tales, y enmarcaron su movilización de hashtags (por ejemplo, #kadınhakları, #feminism) y menciones tipo @ como maniobras estratégicas para ganar visibilidad, en lugar de una defensa genuina. Las cascadas de retuits, que a menudo superaban los 500 compartidos, de publicaciones que acusaban a las activistas de “feminismo simbólico” y “caza de votos” convirtieron la alianza performativa en su propio punto álgido. Al citar tuits de declaraciones de activistas y acompañarlos de comentarios sarcásticos, los usuarios transformaron la solidaridad en un detonante de la indignación colectiva, lo que puso de relieve la brecha entre las métricas de participación en línea (me gusta, retuits) y el cambio en el mundo real.

Esta desconfianza se agrava cuando la defensa de los derechos de las mujeres se reconvierte en un ataque a las normas sociales y culturales. Etiquetas de tendencia como #IstanbulConvention y #AileDeğerleri alimentaron cadenas de respuestas y debates encadenados, en los que se utilizó el algoritmo de recomendación de X para mantener vivos estos conflictos en las cronologías de los usuarios. Al hacerlo, la ira hacia los llamados defensores de los derechos se fusionó con una ansiedad más generalizada sobre la tradición, lo que produjo una reacción amplificada digitalmente que refleja y da forma a la memoria colectiva de la plataforma sobre las luchas por la justicia de género:

Debido al convenio de Estambul promulgado por la escoria feminista, se han destruido hogares, ha aumentado la violencia contra las mujeres, ha aumentado el feminicidio, sobre todo porque nos hemos alejado de Dios, los que no temen a Dios lo hacen todo, intentas cerrar los cursos, apoyas a las escuelas, seremos peores. (U12, 2023)

En mi infancia, las mujeres eran damas (las excepciones no quitan el mérito a la regla), luego su masculinidad desapareció y ahora su damabilidad también está desapareciendo. Qué vergüenza que las mujeres sean feministas y defiendan los derechos de las mujeres. (U13, 2023)

Como dices, las asociaciones de derechos de las mujeres son lugares de reunión para humanoides que carecen de moralidad y espiritualidad, que actúan para destruir las familias y dejarlas a su suerte. Es una pena que la ley les respalde. (U14, 2023)

Como se ve en las publicaciones de los usuarios en X, muchos participantes enmarcaron a los defensores de los derechos de las mujeres como desafíos a las normas sociales y culturales arraigadas, y presentaron el divorcio, la pensión alimenticia y el empleo de las mujeres como ataques directos a la religión, la familia y la integridad moral. Mediante la movilización de hashtags como #AileDeğerleri y #KadınEmeği y la generación de cascadas de retuits y tuits con citas encadenadas, argumentaban que la violencia contra las mujeres es una reacción “protectora” contra la inmoralidad percibida, lo que implica que, si las mujeres exigieran menos derechos, dicha violencia disminuiría. Esta ira también reflejaba la frustración ante la indignación unidimensional. Los usuarios publicaron tuits con citas en diferentes medios que yuxtaponían estadísticas de feminicidios con el maltrato a personas mayores o la crueldad hacia los animales. Esto obligó al algoritmo de X a presentar un discurso más amplio y desafió la tendencia de la plataforma a aislar los debates sobre la violencia de género.

No existe la violencia contra las mujeres. La violencia contra los animales, los seres humanos, los insectos y los insectos sí es violencia. Si se cometiera contra un hombre, ¿estaría justificada? (U15, 2023)

Siempre son las mismas palabras vacías y discursos paternalistas y ostentosos. Si te importan los derechos de las mujeres, ¡hay mujeres de todas las clases sociales injustamente encarceladas en Turquía! Puedes dedicarles un par de palabras. (U16, 2023)

Han alterado el equilibrio de la sociedad con discursos y programas tan estúpidos. Han trivializado otros asesinatos llamándolos feminicidio. Deberíamos poder decir HUMANO, no mujer, no hombre. (U17, 2022)

Como se refleja en los tuits, los usuarios sienten ira hacia quienes expresan violencia contra las mujeres. Tal y como se refleja en estos tuits, los usuarios redirigieron su ira hacia la indignación selectiva yuxtaponiendo el feminicidio con otros males sociales (maltrato a personas mayores, maltrato infantil, crueldad con los animales) a través de tuits con citas de medios mixtos y comparaciones en hilos. Al adjuntar capturas de pantalla y comentarios uno al lado del otro, obligaron a los algoritmos de recomendación de X a mostrar narrativas más amplias sobre la violencia en las cronologías de los seguidores, en lugar de aislar los debates sobre la violencia de género. Este “bloqueo algorítmico” impulsado por la funcionalidad generó cascadas de retuits (a menudo más de 200 compartidos) y un alto nivel de participación, lo que puso de relieve la frustración por el hecho de que la sociedad trate la violencia contra las mujeres como un problema aislado.

A pesar de que la violencia es un problema social cada vez mayor (Aliyev y Karakus, 2015; Mazza et al., 2020; Rivara et al., 2019; Whiting et al., 2021), muchos usuarios consideraban que la conciencia pública seguía siendo limitada y aprovecharon las funciones de la plataforma X (publicaciones con medios mixtos, hilos y etiquetado estratégico) para ampliar el debate. Al hacerlo, convirtieron las métricas de los tuits (me gusta, retuits, respuestas) en instrumentos de crítica colectiva, y exigieron que se reconocieran todas las formas de violencia con la misma urgencia.

“Mañana, 10 de noviembre, pronuncia un discurso similar a este y nos hace olvidar el tráiler en el que utilizó los gritos de Emine Bulut mientras moría delante de sus hijas POR EL BIEN DE REYTING. Además, recibe felicitaciones de todo el mundo. Nuestra gente es así”.[12]

Últimamente me he dado cuenta de que nuestras compañeras mayores miran más las minifaldas que los hombres del sexo opuesto; gritamos igualdad, derechos de las mujeres, poder de las mujeres, pero seguimos gritándonos unas a otras, no podemos superarlo. (U18, 2022)

Los comentarios de las mujeres son extremadamente repugnantes. Ver noticias sobre violencia contra las mujeres, ser feminista y dos días después ejercer violencia psicológica contra un hombre es realmente repugnante, pero al mismo tiempo, esta envidia y celos son temas que merecen ser investigados. (U19, 2023)

Como revelan las publicaciones de los usuarios, la violencia psicológica, como restringir la autonomía de las mujeres, controlar su vestimenta y avergonzarlas por su físico, a menudo permanece oculta fuera de Internet. Sin embargo, se hace visible en X mediante el uso estratégico de las funciones de la plataforma. Los participantes tuitean capturas de pantalla de diálogos controladores de escenas de televisión o intercambios personales, y etiquetan #PsikolojikŞiddet junto con #KadınaŞiddet para agregar estas críticas. Estas publicaciones en medios mixtos desencadenaron una recirculación algorítmica (cascadas de retuits con un promedio de más de 300 compartidos y picos en el recuento de impresiones), lo que obligó a la plataforma a sacar a la luz estos abusos más sutiles en las cronologías de los usuarios.

Además, los usuarios emplearon hilos de exposición (profundidad media = 6 tuits) para trazar paso a paso cómo los tropos de “amor” aparentemente benignos en las series y las interacciones de la vida real normalizan la coacción. Los marcadores prosódicos (palabras clave en mayúsculas, GIF que dramatizan el secuestro y pegatinas de encuestas que invitan a los seguidores a votar sobre “¿Es esto amor o control?”) sirvieron como señales multimodales que los algoritmos de X priorizan, e integraron ejemplos de hipocresía en la memoria colectiva de la injusticia de género en la plataforma.

6.2. Categoría 2: Lucha por los derechos

Otro tema llamativo en X es la búsqueda de justicia, que convierte la indignación en campañas digitales organizadas que exigen responsabilidades. Los usuarios canalizan su rabia en peticiones impulsadas por las prestaciones de la plataforma, utilizando hashtags como #Adaletİstiyoruz y #KadınCinayetleri para agrupar demandas y generar cascadas de retuits que alcanzan entre 500 y 1 000 compartidos. Mencionan con @ cuentas judiciales y legislativas (por ejemplo, @adaletbakanligi, @cmhukuk) para presionar directamente a las autoridades, a menudo incorporando lenguaje de tipo petición (“nuestra sangre no permanecerá en el suelo”, “exigimos cadena perpetua”) en hilos de varios tuits.

Si bien todos los participantes coinciden en que los autores deben ser castigados “como se merecen”, difieren en lo que constituye un “castigo justo”: algunos invocan el castigo divino (“Que Dios castigue al delincuente”), otros piden sanciones legales estrictas (“cadena perpetua agravada sin libertad condicional”) y unos pocos incluso coquetean con el vigilantismo (“Yo mismo lo haría”). Al cuantificar el número de retuits, el volumen de respuestas y la frecuencia de los hashtags, estas publicaciones se convierten en señales medibles de la insistencia colectiva, que transforman el dolor y la indignación personales en campañas sostenidas y amplificadas algorítmicamente en favor de la justicia de género.

No consigo tragar saliva cuando veo las noticias sobre feminicidios. Algunas son madres, otras están en la flor de la vida, ¿qué derecho tienes a hacer esto? Te deseo que vivas un infierno en este mundo, cuántos feminicidios son estos, cuántas vidas son estas, las palabras se quedan cortas... (U20, 2022)

Algunos usuarios de X adoptan un enfoque fatalista, e invocan la justicia divina a través de recursos espirituales (emojis de manos en oración, citas del Corán y hashtags como #AllahınAdaleti o #HukukDeğilAdalet) para canalizar su ira en una súplica colectiva. Estas publicaciones suelen etiquetar a autoridades religiosas (por ejemplo, @Diyanet), lo que genera cascadas de retuits (entre 200 y 500 compartidos) y picos de “me gusta” que transforman las oraciones individuales en rituales digitales comunitarios. De esta manera, la plataforma se convierte en un “círculo de oración virtual”, donde la solidaridad espiritual señala la indignación y ofrece un refugio emocional.

Esta movilización basada en la fe y mediada digitalmente concuerda con las investigaciones que muestran el papel de la espiritualidad en la superación del trauma y la pérdida (Uğurluoğlu y Erdem, 2019). Para los usuarios que se sienten impotentes ante la inacción institucional, estos tuits con marco espiritual proporcionan vínculos que los unen a la vida y entre sí, y convierten los llamamientos fatalistas en expresiones sostenidas y amplificadas algorítmicamente tanto de ira como de esperanza.

Entre los usuarios de X, aquellos que coincidieron en que la violencia contra las mujeres es un delito afirmaron que también debería tener sanciones penales:

Si yo fuera el padre de esa niña, y lo digo con franqueza, nadie debería llamarme feminicida; yo mismo enterraría a esas cuatro niñas en la historia y enterraría aparte a quien hizo esto; yo mismo plantaría sus flores[13]. (U21, 2022)

Por favor, por favor, compartan su identidad. Estamos creando un grupo de amigos en Izmir que intervendrá en estas situaciones. Nuestro principal objetivo son las personas desesperadas, quienes ejercen violencia contra animales y mujeres. Solo compartan su identidad para que podamos verificarla y castigarlos. (U22, 2023)

Ahora lo han normalizado tanto que ningún feminicidio provoca reacción alguna. Esta situación me duele muchísimo. Cada vez que veo noticias de feminicidios o asesinatos de niños, se me hace un nudo en la garganta y me consume el deseo de vengar a esas mujeres y niños. (U23, 2023)

En un país donde las mujeres son asesinadas a diario, quienes cometen estos crímenes actúan amparados por el gobierno, mientras que las mujeres que carecen de seguridad son víctimas de violencia policial en las calles para alzar la voz. Esto significa que, en nuestro país, la forma de ser respetado es ser el líder de una banda de violadores. (U24, 2023)

Como se refleja en los discursos de los usuarios, muchos participantes de X expresan una profunda desconfianza en la capacidad del Estado para impartir justicia de manera imparcial en los casos de violencia contra las mujeres. Creen que las leyes vigentes favorecen sistemáticamente a los agresores y culpan a las víctimas, y transforman esta desconfianza en llamamientos a la venganza personal que aprovechan las posibilidades que ofrece la plataforma. Tuits como “Si nadie más lo hace, yo lo enterraré”, etiquetados con #Adalet o #FailiMeçhul y retuiteados más de 600 veces, utilizan el elevado número de retuits y “me gusta” como indicadores de respaldo colectivo cuando se consideran insuficientes las soluciones institucionales.

Al mismo tiempo, los usuarios movilizan campañas de reforma institucional mediante el uso de hashtags como #YasalarYetersiz y #KadınaYönelikŞiddet para reunir apoyo en torno al cambio legal, mediante menciones a organismos judiciales y legislativos como @adaletbakanligi y @cmhukuk para dirigirse directamente a los responsables políticos, y mediante la creación de hilos de varios tuits que incorporan un lenguaje similar al de las peticiones: “igualdad de protección para todas las mujeres”, “cadena perpetua sin libertad condicional”, a menudo con enlaces a proyectos de ley o peticiones en línea. Estas publicaciones tienen una media de 300 a 700 retuits y una participación sostenida, y suelen aparecer en las principales tendencias del algoritmo de X, lo que demuestra cómo las posibilidades de comunicación de X se convierten en un instrumento tanto para expresar impulsos justicieros como para orquestar la presión colectiva en favor de una reforma legal sistémica.

Algunos de los usuarios que expresaron su indignación ante la violencia y esperaban que los autores de actos violentos fueran castigados hicieron hincapié en la necesidad de establecer mecanismos institucionales directos. El castigo “merecido” para el autor es uno de los temas más destacados en las publicaciones de los usuarios de X relacionadas con la violencia contra las mujeres. Las opiniones de los usuarios que compartieron cómo se puede lograr el castigo merecido llaman la atención sobre los mecanismos institucionales:

Al afirmar la existencia de un problema concreto de violencia y señalar la necesidad de tomar medidas urgentes para resolverlo, los usuarios compartieron opiniones sobre el deseo de que los castigos sean proporcionales al delito, así como el deseo de que estos castigos se apliquen por igual a cada persona que haya cometido el delito. Cabe destacar que los tuits no solo reflejan el deseo de medidas punitivas, sino también la expectativa de una vida segura, oportunidades de vida justas e iguales y el deseo de una posición igualitaria tanto en la esfera privada como en la pública. Con el fin de prevenir muchos problemas sociales, especialmente el problema de la violencia contra las mujeres, los usuarios llamaron la atención sobre la necesidad no solo de regulaciones legales, sino también de regular la estructura social con todas sus instituciones, como la familia, la política, la religión y la educación.

Da voz al incendio forestal, corre hacia el terremoto, hay un asesinato de mujeres, comparte un eslogan, el maltrato infantil no cesa, pero tú dices basta, están matando animales, vamos, firma esta campaña. Estoy tan harta de la agenda de este país. Solo quiero soluciones reales y humanas. (U25, 2022)

¡La conciencia pública y el poder de los medios de comunicación unidos y la justicia se han cumplido! ¿Qué pasa con los demás presos judiciales que siguen en prisión en esta situación y esperando que se haga justicia? (U26, 2023)

¿Hay alguien más aparte de los valientes que mataron al asesino que brutalmente mató a Özgecan ASLAN en prisión? Qué persona tan hermosa eres, el prisionero del destino que mató a este rabioso asesino de bebés. ¿He alabado al criminal? Sí. Aceptaré mi castigo si lo hay. (U27, 2022)

Dos juicios por feminicidio en un día. La cadena perpetua no es suficiente. Exigimos cadena perpetua agravada. ¡Decimos que seguiremos luchando por la justicia real, no por la justicia masculina! (U28, 2023)

Hoy es el Día Mundial para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer... La violencia, el asesinato y la opresión contra las mujeres son la herida sangrante de nuestro país... En lugar de ser rechazadas por unanimidad, queremos leyes que protejan a nuestras mujeres y niñas. ¡Porque la violencia contra las mujeres es política! (U29, 2022)

Si es necesario, se debería organizar un referéndum para ello. Por desgracia, las leyes no sirven de nada. Cada día hay más feminicidios, más noticias de violencia, más incidentes. Es realmente muy triste. Creo que el público debería decidir las penas para que “¡ESPEREN EL DÍA EN QUE EL DAÑO DUELA!” (U30, 2023)

En las opiniones de los usuarios se refleja que los acuerdos institucionales se consideran un paso importante para prevenir y combatir la delincuencia, así como en el proceso de castigar al delincuente: (U31, 2023)

Si no se puede prevenir la violencia contra las mujeres a pesar de todos los procedimientos penales, es necesaria una educación total y una transformación mental. (U32, 2023)

Si el 65 % de la violencia contra las mujeres en este país es causada por hombres, el 35 % es causada por personas de su mismo sexo, la violencia no es una cuestión de género, sino humana, por lo que debemos educar a las personas en lugar de poner a los hombres en el punto de mira. (U33, 2023)

Las chicas turcas deberían recibir formación en combate cuerpo a cuerpo y en el uso de armas durante el servicio militar obligatorio de tres meses, entonces no habría más feminicidios… (U24, 2023)

Los usuarios también aprovecharon las posibilidades comunicativas de X para abogar por intervenciones educativas como estrategia preventiva. Mediante el uso de hashtags como #EğitimŞart y #Farkındalık, reunieron peticiones para que se incluyeran en los planes de estudio temas como la igualdad de género y las relaciones respetuosas. Muchos mencionaron al Ministerio de Educación (@MilliEgitim) y a ONG defensoras de los derechos de las mujeres, incluyendo infografías o videoclips en hilos de varios tuits que describían los planes de estudio propuestos. Mientras que algunos usuarios insistían en que los hombres necesitan formación para desaprender las normas patriarcales, otros argumentaban que las mujeres, como principales socializadoras, deben empoderarse mediante cursos de autodefensa y talleres de liderazgo, considerando la educación de las mujeres como una palanca para remodelar el comportamiento masculino en el futuro.

Paralelamente a la educación, una demanda de reforma destacada se centró en la contratación de personal institucional basada en los méritos. Los tuits etiquetados con #AtamaAdaleti y #UzmanEldeki, que enlazaban con proyectos de reglamentos y gráficos estadísticos, pedían la colocación estratégica de profesionales cualificados (psicólogos, trabajadores sociales, defensores legales) en los tribunales de familia y los centros comunitarios. Estas publicaciones tuvieron una media de 250 a 500 retuits, con hilos de entre 4 y 7 tuits, lo que demuestra cómo el formato de hilos y los enlaces a recursos de X pueden coordinar la colaboración intersectorial: “@adaletbakanligi, @csgbtr Bakanlığı y @ailebakanligi deben nombrar expertos en derechos del niño y formadores en sensibilidad de género en todas las oficinas de distrito”, exigía una publicación con gran repercusión. Al cuantificar las métricas de participación (cascadas de retuits, volúmenes de respuestas y difusión de hashtags), los usuarios convirtieron la plataforma en una olla a presión en tiempo real para la reforma sistémica.

Como psicólogos, estamos cansados de quedarnos en casa viendo las noticias sobre adicciones, feminicidios, suicidios y pederastia. Ahora queremos trabajar y apoyar la lucha en este campo. (U34, 2023)

El número de mujeres asesinadas en 2022... Turquía es uno de los países con mayor índice de violencia contra las mujeres en los últimos tiempos. Está en tus manos ponerle fin a esto. “Los servicios psicológicos ya no deben ser un lujo, sino accesibles para todos”. (U35, 2022)

Mientras que muchos problemas sociales como la violencia contra las mujeres, el abuso infantil y la insuficiencia económica aumentan día a día, los SHU capacitados para crear cambios sociales están esperando para ejercer su profesión. (U36, 2023)

El Ministerio de Asuntos Familiares interviene en casos como el abuso sexual infantil, la violencia contra la mujer y los feminicidios que puedan causar indignación social, conforme a la ley. Lamentablemente, el equipo de abogados que se ocupa de estos casos tan importantes es muy insuficiente. El Ministerio debería aumentar el número de abogados designados mediante un proceso de contratación centralizado. (U32, 2023)

Tal y como se refleja en los testimonios de los usuarios, muchos participantes argumentaron que el personal ad hoc y poco cualificado en los ámbitos jurídico, educativo, político y sanitario no puede frenar la violencia contra las mujeres. Aprovecharon las funciones de X (hashtags como #UzmanAtaması y #EğitimŞart, peticiones encadenadas etiquetadas con @adaletbakanligi, @csgbtr y @MilliEgitim) para exigir la incorporación de profesionales cualificados (psicólogos, trabajadores sociales, abogados) en todos los juzgados de distrito, escuelas y centros de salud. Las infografías y los enlaces a borradores de políticas incluidos en hilos de varios tuits obtuvieron una media de entre 250 y 600 retuits y generaron un volumen sostenido de respuestas, lo que convirtió cada publicación de defensa en una campaña de presión en tiempo real para lograr una reforma sistémica.

En el marco del tema más amplio de la “lucha por los derechos”, los usuarios tradujeron la ira colectiva en un activismo digital visible. Más allá de invocar el castigo divino (#AllahınAdaleti) o la justicia vigilante (#KendiAdaletim), se unieron en torno a hashtags como #KadınaŞiddetToplumsalSorun para enmarcar el feminicidio como una crisis social, y no como una atrocidad aislada. Al citar y retuitear a los medios de comunicación, las cuentas de la sociedad civil y los proyectos de ley, a menudo en publicaciones mixtas, aprovecharon la recomendación algorítmica de X para grabar la violencia de género en la memoria pública. Al hacerlo, los usuarios se posicionaron no como observadores pasivos, sino como partes interesadas activas. Utilizaron métricas de participación (como cascadas de retuits, picos de “me gusta” y profundidad de los hilos) para señalar su insistencia colectiva en que la violencia contra las mujeres se reconociera, se abordara y se previera como un problema social prioritario.

7. DISCUSIÓN

La percepción de que la estructura familiar, la religión, la política y las instituciones jurídicas respaldan la posición subordinada de las mujeres, que estas son víctimas y están indefensas ante la violencia, se refleja en los tuits. Existe un importante descontento público por la normalización de la violencia a través de las representaciones mediáticas, especialmente la imagen de las mujeres que parecen apoyar su propia victimización en los programas de televisión. Este descontento también se dirige contra las estructuras institucionales que permiten que se ignore la violencia doméstica con el pretexto de la privacidad familiar. Los usuarios expresan su indignación hacia las instituciones familiares y religiosas que retratan a las mujeres como figuras pasivas que deben obedecer a sus maridos, padres, suegros e incluso a sus hijos. Su frustración también se dirige a las instituciones jurídicas y políticas que culpan a las mujeres o no las protegen cuando surgen crisis familiares. Para los usuarios, la incapacidad de prevenir la violencia contra las mujeres y, además, la criminalización de las víctimas de la violencia es una fuente de intensa ira, mientras que vivir en una estructura social así también se considera “inseguro”. La inseguridad que se siente también es una fuente de ira. Los usuarios que comparten la opinión de que la amenaza de riesgo para las mujeres, tanto en la esfera privada como en la pública, es bastante alta, tienden a pensar que esta amenaza se ve reforzada y que no se ofrece ninguna solución. Presentan la falta de regulación legal que proporcione una solución al problema como justificación de esta opinión. Además, al presentar ejemplos de casos judiciales que no reciben castigo e incluso reciben compensación de la familia de la víctima, afirman que la ley favorece al delincuente en la cuestión de la violencia contra las mujeres.

Como afirmaron la mayoría de los usuarios, las identidades femeninas y masculinas idealizadas en las sociedades patriarcales basadas en la autoridad y la superioridad masculinas están muy relacionadas con la visibilidad de la violencia contra las mujeres. En la cultura patriarcal, la mujer tranquila, cálida, pasiva, obediente e incapaz de expresar su ira se contrapone al hombre superior y en posición de poder en todas las situaciones. A diferencia de la mujer, que está sometida y en una posición subordinada (Sultana, 2010), el hombre es activo, agresivo y competitivo (Goldberg, 2018; Onaran et al., 1998). El hombre construye su identidad sobre timidez emocional, asertividad, comportamiento calculador, saber lo que quiere y necesita, coraje, ciertas formas de agresividad, autonomía, calidad tecnológica, solidaridad grupal, aventurerismo y dureza mental y física. Los hombres no se satisfacen fácilmente y no toleran la debilidad (Koyuncu Lorasdağı y Onur İnce, 2004; Kurtuluş et al., 2004; Oktan, 2008). Esto se debe a que es un individuo independiente que puede ser autosuficiente sin pedir ayuda a los demás (Goldberg, 2018). Esta situación, que apunta al desequilibrio de poder en la relación, es uno de los factores más importantes en la aparición de la violencia. La internalización de estas características sociales relacionadas con los roles masculinos y femeninos explica la violencia masculina contra las mujeres (Gressard et al., 2015; Ozaki y Otis, 2017). Si bien este desequilibrio de poder desempeña un papel muy específico en quién inflige violencia a quién, la socialización de los hombres como personas que recurren a la violencia como solución a sus problemas también refuerza la violencia (Koyuncu Lorasdağı y Onur İnce, 2004). Del mismo modo, las publicaciones de algunos usuarios sobre la necesidad de que las mujeres reciban educación como método para combatir la violencia contra las mujeres revelan las víctimas de la violencia cultural. Las publicaciones que esperan que las mujeres asuman roles emocionales y con un propósito, las limitan a la esfera privada, las posicionan como pasivas tanto en la esfera pública como en la privada, y pasivas ante actos agresivos y violentos, reflejan las normas culturales.

Por lo tanto, es previsible que exista un consenso considerable en torno a la idea de que las mujeres, que se consideran víctimas de la violencia debido a su papel de cuidadoras o a su debilidad física, deben recibir educación para protegerse de la violencia. En este punto, cabe señalar que educar a las mujeres no es una estrategia de solución, ya que no supone un paso hacia la eliminación del problema o, al menos, hacia la reducción de su prevalencia. Por el contrario, aunque el problema siga estando muy extendido, la responsabilidad de combatirlo sigue recayendo en la mujer víctima. Tanto es así que se puede afirmar que la mujer se ve abandonada a su suerte en su lucha. En este sentido, incluso los usuarios que reaccionan ante la violencia contra las mujeres y expresan la opinión de que hay que combatirla están, en realidad, reconstruyendo sin saberlo un orden en el que la violencia es ampliamente visible.

Por otra parte, la necesidad de que el hombre, del que se espera que establezca su dominio en todos los aspectos decisivos de la esfera social, mantenga este dominio es también un instrumento de violencia. Porque esta continuidad comienza a garantizarse mediante la separación del hombre de lo otro, lo femenino, ya desde su infancia. En este sentido, los hombres tienen que enfatizar lo que no son mientras forman su identidad de género desde la infancia. La lucha de los hombres por adquirir una identidad masculina mediante la supresión de las características femeninas que encuentran en sí mismos es eficaz en su miedo y repugnancia hacia las mujeres de las que quieren diferenciarse, ya que las consideran inferiores a ellos y muestran violencia hacia ellas (Onaran et al., 1998). En este contexto, se puede afirmar fácilmente que la violencia está relacionada con la creación de la imagen de un hombre en una posición de poder.

Aunque algunos de los usuarios consideran que los derechos de las mujeres en las esferas privada y pública son las causas del fenómeno de la violencia contra las mujeres, la lucha por los derechos es esencialmente una de las dinámicas internas de la estructura social. Las sociedades se basan en las desigualdades, y cada individuo o grupo actúa para proteger sus propios intereses, lo que es una fuente de conflicto. Las sociedades no disponen de recursos suficientes para satisfacer las necesidades de todos sus miembros, y el acceso a los recursos escasos requiere competencia, lo que hace que los conflictos sean inevitables (Orcutt, 1990). Quienes tienen el poder de controlar los recursos limitados dentro de la sociedad toman medidas para proteger sus propios intereses y contribuyen a la perpetuación de las desigualdades existentes al mantener las condiciones actuales. El hecho de poder proteger sus intereses significa que las condiciones que crean la desigualdad se reproducen una y otra vez. Por otro lado, para aquellos que se encuentran en desventaja en la sociedad, existe una lucha por el acceso a los recursos limitados, lo que conduce a conflictos. Además, los conflictos se reproducen constantemente. Los que ostentan el poder en la sociedad elaboran políticas para la perpetuación de la desigualdad y mantienen estas relaciones desiguales a través de los elementos de la estructura social, como la familia, el derecho, la política, la religión y la propiedad (Boulding, 1973).

Cuando se tiene en cuenta la violencia contra las mujeres, estas, al igual que en muchas culturas patriarcales, no ocupan una posición de poder en la familia ni en la esfera pública, sino que luchan por conseguirlo. El conflicto que existe en todas las relaciones en las que interviene la autoridad también es muy visible en la familia, ya que esta contiene una jerarquía de autoridad. La violencia doméstica, que es el ámbito en el que la violencia contra las mujeres es más visible, está relacionada con el uso de la acumulación de poder dentro de la familia (Koyuncu, 2013; Leslie y Korman, 1967). Esto se debe a que las instituciones de la familia y el matrimonio funcionan como una herramienta que garantiza la preservación de las relaciones desiguales dominadas por los hombres y conduce al abuso de las mujeres bajo la dominación masculina. De hecho, las mujeres pueden ser transmitidas como propiedad de un hombre a otro, del padre al marido (Henslin, 2007; Ruether, 2007). Por otra parte, la posición de las mujeres, que durante generaciones se han encargado de satisfacer las necesidades de los hombres en la familia, ha experimentado gradualmente un cambio radical en las sociedades modernas tardías. Incluso en las sociedades en las que las culturas patriarcales siguen firmemente arraigadas, los cambios sociales han sido eficaces para que las mujeres participen cada vez más en las luchas por romper este equilibrio de poder. A medida que más y más mujeres han ido adquiriendo poder fuera del hogar y en la esfera pública, han comenzado a oponerse a las condiciones que antes aceptaban como inevitables y a luchar contra los hombres opresores. Con el aumento del número de mujeres que trabajan fuera del hogar, así como el auge de las organizaciones que defienden los derechos de la mujer, el equilibrio tradicional entre los derechos y las responsabilidades de las mujeres se ha visto alterado. Por lo tanto, los conflictos familiares surgen del cambio en el equilibrio de fuerzas dentro del hogar, así como de la falta de continuidad del dominio social y económico masculino (Orcutt, 1990). Además, la profundización de las desigualdades económicas y el aumento de la pobreza, especialmente en las grandes ciudades, desencadenan estos conflictos (Sennett, 1998; 2007). Esto se debe a que los miembros masculinos, especialmente en las familias situadas en la parte inferior de la estratificación social, son incapaces de proporcionar a sus familias un determinado nivel de vida debido a empleos precarios, mal remunerados, inciertos y sin seguro. El sentimiento de fracaso que provoca esta situación lleva a cuestionar la masculinidad del hombre en posición de poder y conduce a la violencia contra las mujeres (Coleman, 1998). En este punto, cabe señalar que la imagen de la masculinidad en posición de poder está siempre amenazada. En otras palabras, la masculinidad es un poder que necesita aprobación y caricias, más que un reino del que se puede disfrutar toda la vida una vez adquirido. La masculinidad, que se adquiere a través de una serie de rituales y dificultades, necesita ser reforzada constantemente; de lo contrario, existe el peligro de que el hombre pierda su masculinidad (Connell y Messerschmidt, 2005; Oktan, 2008). Una vez que este poder se ve herido, se crea una crisis de masculinidad que puede provocar diversas destrucciones. Cuando el mito de la masculinidad, que se provoca constantemente, se ve amenazado, es decir, cuando la posición dominante de los hombres se ve sacudida o, al menos, cuestionada, este poder debe reproducirse a través de diversas demostraciones de autoridad. Las heridas y el sentimiento de inutilidad causados por el poder, el desempleo, el militarismo y el patriarcado se intentan superar mediante la violencia, la violación, la participación en movimientos políticos racistas o fundamentalistas, o incluso arriesgando la muerte si es necesario. Los objetivos de estas demostraciones de poder son las mujeres tanto como, y a veces incluso más que, otros hombres. La lucha por obtener la identidad masculina puede tener como objetivo silenciar las voces de las mujeres (Atay, 2004). En este contexto, se puede afirmar que los derechos de las mujeres suponen un peligro para la masculinidad hegemónica. La obtención de más derechos por las mujeres ha exacerbado aún más los conflictos que son inevitables debido a la naturaleza de la estructura social. En otras palabras, si bien muchos cambios en la estructura social hacen que las mujeres exijan más derechos, también profundizan los conflictos existentes y afectan a la prevalencia de la violencia. Esto se debe a que el cambio es un elemento indeseable para quienes no se benefician de él, y esto se refleja en las narrativas.

Las publicaciones sobre la violencia contra las mujeres reflejan el hecho de que la violencia contra las mujeres se considera un problema social que provoca ira y requiere medidas urgentes en la plataforma de redes sociales más utilizada de Turquía. Aunque la persona a la que se dirige la ira difiere entre los usuarios, el fenómeno parece haber ganado un lugar en la memoria colectiva asociada con la ira. Además, las publicaciones en la plataforma de redes sociales en cuestión también reflejan la existencia de una conciencia de que el fenómeno no se aborda como un “problema” en la situación actual, que se ha generalizado e incluso se ha reproducido. Las publicaciones de los usuarios que tienen la conciencia de que el problema se ignora, no se previene ni se aborda, muestran su participación activa en los debates en el proceso de convertirse en parte de la solución. En este contexto, los individuos moldean activamente las actitudes públicas hacia la violencia contra las mujeres a través de una amplia participación en las redes sociales. Al crear conciencia, pueden contribuir a la solución o, como mínimo, ser reconocidos como partes interesadas en la conversación.

En las publicaciones de X sobre la violencia contra las mujeres, llama la atención la intensa ira de los usuarios y su demanda de justicia social. Esta ira está moldeada por la percepción de que las desigualdades de género, las estructuras patriarcales y las regulaciones legales en Turquía normalizan la violencia. Estas publicaciones de los usuarios determinan cómo se percibe la violencia contra las mujeres en la sociedad y visibilizan las demandas de soluciones a este problema. Como afirman McCombs y Shaw, los medios de comunicación aumentan la conciencia sobre los problemas sociales y permiten al público desarrollar demandas contra estos problemas (McCombs y Valenzuela, 2007; McCombs y Shaw, 1972).

Los resultados de este estudio respaldan la teoría de la fijación de la agenda de segundo nivel en los estudios sobre medios de comunicación y comunicación. Demuestran que X no solo determina qué temas atraen la atención, sino que también influye en cómo se enmarcan estos temas y qué tonos emocionales se les atribuyen. Estas publicaciones en X no solo aumentan la conciencia social, sino que también crean una opinión pública que cuestiona las actitudes de las instituciones legales y políticas sobre este tema.

Además, la presentación de las mujeres como pasivas y expuestas a la violencia aumenta las reacciones de los usuarios ante la estructura social patriarcal y esta percepción reproduce los roles de género. Estas opiniones compartidas entre los usuarios no son solo una reacción individual, sino también una crítica a las normas sociales que contribuyen a la propagación y legitimación de la violencia (Lupton, 1994). En este contexto, las redes sociales se convierten en un campo de lucha para mejorar la posición social de las mujeres.

En conclusión, los debates sobre la violencia contra las mujeres en X muestran que la teoría de la agenda también funciona eficazmente en las redes sociales. Las reacciones de las mujeres ante la violencia llegan a un amplio público a través de las plataformas de redes sociales y contribuyen a que estas cuestiones se conviertan en prioridades sociales.

8. CONCLUSIONES

En este estudio, X (anteriormente Twitter) no se concibe como un repositorio pasivo de contenido generado por los usuarios sobre la violencia contra las mujeres, sino como un sistema de comunicación dinámico y estratégico cuyas posibilidades tecnológicas moldean activamente el discurso público, la memoria colectiva y la movilización de la acción social. Para ello, se examinaron tuits publicados entre el 7 de noviembre de 2022 y el 16 de enero de 2023, seleccionados mediante palabras clave como “feminicidio”, “violencia contra las mujeres” y “derechos de las mujeres”, así como nombres de víctimas emblemáticas como Özgecan Arslan, Münevver Karabulut y Emine Bulut. El análisis de estos tuits muestra que las características de la plataforma, incluidos los hashtags, las cascadas de retuits, las redes de menciones, los hilos y las recomendaciones algorítmicas, no son meras herramientas para compartir indignación, sino que desempeñan un papel activo en la configuración, priorización y preservación del discurso sobre la violencia de género.

La opción de usar hashtags, por ejemplo, se reveló como un acto performativo para la fijación de agenda. Etiquetas como #kadinaşiddet, #Susma y #Adaletİstiyoruz no solo servían para categorizar mensajes individuales, sino también para agruparlos en eventos de protesta digital coherentes. Esto activaba los algoritmos de X, que promovían estos grupos como temas del momento y en las listas de recomendaciones. Los hashtags con mayor interacción generaban habitualmente más de 1.200 retuits en las primeras 12 horas, lo que convertía las expresiones personales de ira en eventos colectivos de concentración. Esta dinámica ilustra claramente la agenda de segundo nivel, en la que los atributos asociados a un tema (su tono emocional, su marco probatorio y su relevancia temporal) están condicionados tanto por las funciones que ofrece la plataforma como por las decisiones retóricas de los usuarios. En este sentido, los hashtags funcionan como símbolos y señales que guían al público hacia interpretaciones específicas y que catalizan la visibilidad algorítmica.

De forma similar, la práctica del retuit y las respuestas encadenadas demostraron cómo las funciones de X integran narrativas individuales en diálogos públicos más amplios. Los tuits iniciales que denunciaban las deficiencias estatales e institucionales solían convertirse en cadenas de retuits que alcanzaban picos de más de dos mil compartidos, y mantenían su visibilidad en la sección “Principales” durante varios días. Por su parte, las respuestas en hilo permitían mantener conversaciones con varias publicaciones que integraban datos estadísticos, citas legislativas, testimonios personales e incluso elementos multimedia, con un promedio de seis a ocho tuits por hilo. Estas cadenas de interacción aprovechaban la propensión del algoritmo a priorizar las métricas de participación, convirtiendo eficazmente las efímeras declaraciones en línea en conversaciones públicas duraderas. Gracias a estas funciones, la plataforma opera como una esfera pública deliberativa en la que se validan, amplifican y analizan colectivamente las experiencias personales.

Otra función importante surgió a través del uso de menciones directas. Al etiquetar cuentas oficiales, como @adaletbakanligi (Ministerio de Justicia), @cmhukuk (Consejo de Estado) y @milliEgitim (Ministerio de Educación), los usuarios convertían tuits individuales en peticiones digitales. Las publicaciones que incluían al menos una mención obtuvieron un promedio de 450 retuits y 220 respuestas, en comparación con los 180 retuits de los tuits sin mención, lo que indica que la posibilidad de señalar públicamente a los responsables moviliza eficazmente la presión colectiva sobre las autoridades. Esta práctica muestra cómo las redes sociales pueden sortear las barreras institucionales tradicionales y permitir que la ciudadanía participe en la incidencia política y exija responsabilidades directamente a los funcionarios públicos en el ámbito digital.

Además, los resultados de este estudio han destacado el poder de la mensajería multimodal. Los tuits que combinaban texto con imágenes, infografías y vídeos cortos obtuvieron entre un 25 % y un 35 % más de interacción que las publicaciones de solo texto. Las yuxtaposiciones visuales y textuales, como la superposición de estadísticas de feminicidio sobre escenas de series de televisión populares, funcionaron como metamensajes que fusionaban datos empíricos con resonancia afectiva. Estas composiciones no solo atraen la preferencia algorítmica por el contenido multimedia, sino que también crean claves visuales que perduran en la memoria colectiva y refuerzan la conciencia pública sobre la violencia de género mucho tiempo después de su publicación.

Además, los usuarios organizaron campañas digitales temáticas con hashtags como #EğitimŞart y #UzmanAtaması, e incluyeron enlaces a proyectos de ley, informes de ONG y artículos académicos. Estas secuencias de entre 5 y 9 tuits generaron un promedio de entre 300 y 650 retuits por campaña, demostrando que la defensa basada en la accesibilidad puede mantener el impulso público y funcionar eficazmente como peticiones digitales que canalizan las demandas ciudadanas hacia registros transparentes de la voluntad cívica. Esta práctica ejemplifica cómo las redes sociales pueden servir como infraestructuras cívicas que apoyan la coordinación, la amplificación y la adopción institucional de propuestas políticas.

Inesperadamente, también se identificaron mensajes espirituales (hilos que invocaban la justicia divina con etiquetas como #AllahınAdaleti) que generaron entre 200 y 400 retuits. A pesar de su contenido religioso, estas publicaciones cumplieron las mismas funciones comunicativas que las campañas seculares: crearon solidaridad afectiva, participación sostenida e impulso algorítmico. Su presencia subraya el hecho de que las plataformas digitales no segmentan la expresión cívica por ámbito, sino que ofrecen vías que permiten diversas formas de resiliencia comunitaria y movilización moral.

Estas prácticas, impulsadas por las posibilidades de interacción, crean colectivamente un ciclo que denominamos “bucle de agenda y posibilidades de interacción”. En este ciclo, las señales generadas por los usuarios, como etiquetas, retuits, menciones, hilos y elementos visuales, se amplifican mediante el algoritmo de la plataforma y se convierten en eventos virales. Estos eventos virales fomentan, a su vez, una mayor participación de los usuarios y la creación de contenido. En este ciclo, la propia plataforma emerge como coautora activa de las narrativas públicas, ya que no solo determina qué temas adquieren relevancia, sino también los marcos interpretativos (emocionales, probatorios, ritualísticos) a través de los cuales se comprenden y recuerdan dichos temas. Esta perspectiva amplía las teorías clásicas de la fijación de la agenda y la memoria colectiva al situar en el centro del análisis las opciones de interacción del medio.

Desde una perspectiva teórica, este trabajo integra la teoría de las opciones de uso, que postula que las características tecnológicas son capaces de ofrecer opciones de acción a los usuarios (Hutchby, 2001; Evans et al., 2017), con los modelos de fijación de la agenda (McCombs y Shaw, 1972; McCombs y Valenzuela, 2007) y los marcos de memoria colectiva (Halbwachs, 1992; Ferron y Massa, 2011b). Al considerar las opciones de uso como herramientas básicas de comunicación, los investigadores pueden comprender mejor cómo las plataformas digitales moldean las luchas sociales y mostrar cómo la tecnología y las acciones de los usuarios interactúan para crear significado público y apoyar movimientos políticos.

En la práctica, estos resultados ofrecen directrices concretas para activistas, ONG y legisladores. Los activistas deben adaptar sus estrategias digitales a las posibilidades que ofrece cada plataforma: crear hashtags distintivos con una ortografía optimizada, incorporar contenido multimedia con pruebas sólidas y un fuerte componente emocional, estructurar las secuencias de los hilos de conversación para maximizar la interacción y dirigir las peticiones públicas mediante menciones específicas. Por otro lado, los legisladores e instituciones deben reconocer las métricas de participación digital (número de retuits, volumen de respuestas, duración de los hilos y velocidad de difusión) como indicadores legítimos de la preocupación ciudadana e integrar esta información en los procesos de consulta y las revisiones legislativas. Considerar el discurso digital como una aportación cívica válida es fundamental para fomentar la capacidad de respuesta institucional y reconstruir la confianza pública.

A la luz de estos resultados, los legisladores deben dejar de considerar las expresiones de preocupación pública en las plataformas digitales como reacciones efímeras y empezar a verlas como indicadores estructurales que justifican la atención institucional. En particular, los organismos públicos responsables, como los ministerios de Justicia, Interior y Familia, deberían crear unidades especializadas en el seguimiento digital para analizar periódicamente los hashtags con mayor interacción, las cadenas de tuits y las menciones. Dichas unidades deberían elaborar informes periódicos basados en el contenido, la frecuencia y la intensidad de las demandas en línea, y aportar información basada en datos para el diseño legislativo y los procesos de consulta.

Asimismo, para garantizar que las demandas en las redes sociales se traduzcan en resultados políticos concretos, las instituciones gubernamentales y las autoridades locales deberían colaborar con las organizaciones de la sociedad civil para crear “consejos asesores digitales”. Estos consejos se encargarían de identificar las principales problemáticas que se ponen de manifiesto en las campañas contra la violencia de género y de desarrollar conjuntamente propuestas legislativas, reformas educativas e iniciativas de sensibilización pública. De este modo, la respuesta ciudadana a la movilización digital se institucionalizaría mediante mecanismos de gobernanza participativa.

Otro grupo de actores clave, los medios de comunicación, debería ir más allá de informar sobre campañas virales y contribuir activamente a la sensibilización pública mediante el análisis de contenido digital de gran visibilidad con datos. Del mismo modo, las instituciones educativas deberían integrar estas prácticas digitales en los programas de alfabetización mediática para dotar a los jóvenes de las herramientas esenciales para hacer frente a la violencia en línea y participar activamente en iniciativas de defensa digital.

Desde el punto de vista metodológico, este estudio destaca la importancia de adoptar un enfoque centrado en la comunicación al investigar el activismo en las redes sociales. Considerar los tuits como actos comunicativos interrelacionados, mediados por las funcionalidades de la plataforma, permite un análisis más rico y matizado que los métodos centrados únicamente en el contenido. Aunque el análisis de un conjunto de datos en turco, recopilado durante 3 meses, nos ha proporcionado una comprensión contextual profunda, futuras investigaciones podrían ampliar este modelo a otros contextos lingüísticos y culturales, así como a otras plataformas como Instagram, TikTok o redes descentralizadas emergentes. Incorporar el análisis de redes para identificar a los principales influencers, el análisis de opiniones para determinar la carga afectiva y los diseños longitudinales para rastrear los procesos de formación de la memoria contribuiría a comprender mejor la dinámica del activismo digital.

No obstante, este estudio también tiene limitaciones. La opacidad de los algoritmos propietarios dificulta la replicación precisa de los resultados de participación, mientras que las restricciones de la API limitan el acceso a ciertos tipos de datos de interacción. Además, si solo se tiene en cuenta una plataforma, se podrían pasar por alto las dinámicas multiplataforma de la movilización y la memoria. Las investigaciones futuras podrían beneficiarse de la colaboración con los propietarios de las plataformas para acceder a datos detallados sobre los algoritmos de recomendación. Asimismo, comparar diferentes ecosistemas de redes sociales ayudaría a comprender cómo influyen las diversas características de las plataformas en el activismo y el debate público.

Desde el punto de vista metodológico, aunque nuestro uso de un enfoque de métodos mixtos (que combina la codificación cuantitativa de affordances con el análisis crítico del discurso) permite obtener una visión multidimensional del activismo mediado por plataformas, varias limitaciones requieren una reflexión más profunda. En primer lugar, a pesar de utilizar una API empresarial, nuestro conjunto de datos sigue estando condicionado por la opaca selección algorítmica de X, que probablemente prioriza el contenido con alta participación, lo que introduce un sesgo de visibilidad que puede subrepresentar las voces más populares o marginales. En segundo lugar, aunque nuestro enfoque en las publicaciones en turco ofrece una perspectiva contextual profunda, también limita la generalización comparativa a otros entornos lingüísticos o culturales. En tercer lugar, el límite de 280 caracteres restringe inherentemente la complejidad del discurso, lo que plantea interrogantes sobre cómo la profundidad de la participación o los matices podrían diferir en otras plataformas (por ejemplo, Instagram o TikTok), donde las posibilidades de expresión visual y de formato largo son muy diferentes.

Las investigaciones futuras deberían considerar la triangulación de datos de X con contenido paralelo de otras plataformas para capturar las ecologías del activismo multiplataforma y ampliar la validez interpretativa. La incorporación de métodos etnográficos o entrevistas con activistas digitales podría proporcionar descripciones más completas de la forma en que los usuarios interactúan intencionalmente con las posibilidades que ofrece la plataforma. Además, la auditoría algorítmica, mediante pruebas con cuentas sintéticas o el acceso a datos internos a través de colaboraciones de investigación, ayudaría a evaluar la influencia de la mecánica de la plataforma en la visibilidad de la muestra y en la dinámica de participación. Por último, la aplicación de herramientas informáticas, como el análisis de redes temporales o el aprendizaje automático multimodal, puede mejorar la escalabilidad y permitir a los investigadores rastrear la evolución de las estructuras del discurso a lo largo del tiempo.

En conclusión, al replantear X como un ecosistema de comunicación en lugar de un archivo de datos pasivo, esta investigación esclarece las complejas maneras en que las posibilidades digitales median las respuestas colectivas a la violencia contra las mujeres. Comprender la dinámica de las plataformas digitales, es decir, las opciones que ofrecen, los algoritmos que implementan y los patrones de interacción de los usuarios que favorecen, es indispensable para llevar a cabo una investigación académica rigurosa y una defensa eficaz en la era digital. Esta perspectiva centrada en la comunicación ofrece un modelo sólido para el trabajo futuro en la intersección entre el género, los medios de comunicación y las políticas públicas, y garantiza que las tecnologías digitales sirvan como catalizadores del cambio social en lugar de limitarse a ser meros depósitos de indignación.

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CONTRIBUCIONES DE LOS AUTORES, FINANCIACIÓN Y AGRADECIMIENTOS

Contribuciones de los Autores

Elaboración del borrador original: Uğur, Sinem Burcu, Güdekli, I. Ayşad, Arik, Mehmet Arif. Metodología: Yiğit Açikgöz, Fatma, Çelik, Hasan Cem, Kayakuş, Mehmet. Software: Kayakuş, Mehmet. Investigación: Yiğit Açikgöz, Fatma, Güdekli, I. Ayşad, Paçaci, Serdar, Uğur, Sinem Burcu, Çelik, Hasan Cem, Arik, Mehmet Arif. Visualización: Kayakuş, Mehmet, Çizmeli, Derya. Curación de datos: Uğur, Sinem Burcu, Arik, Mehmet Arif, Paçaci, Serdar. Conceptualización: Güdekli, I. Ayşad. Supervisión: Kayakuş, Mehmet, Güdekli, I. Ayşad, Çelik, Hasan Cem. Redacción, revisión y edición: Uğur, Sinem Burcu, Yiğit Açikgöz, Fatma, Çelik, Hasan Cem, Arik, Mehmet Arif, Güdekli, I. Ayşad, Çizmeli, Derya. Todos los autores han leído y aceptado la versión publicada del manuscrito.

Financiación: Este estudio fue un proyecto de investigación apoyado por la organización pública “Consejo de Investigación Científica y Tecnológica de Turquía” (TUBITAK), proyecto n.º 122G088.

Conflictos de interés: No existe ningún conflicto de interés entre los autores.

Aprobación ética: Dado que los análisis se llevaron a cabo con datos anonimizados disponibles públicamente, el estudio, que se centra en “determinar cómo se percibe la violencia contra las mujeres entre los usuarios de X, una plataforma de redes sociales”, no cumple con la definición de investigación con “sujetos humanos” y, por lo tanto, no requirió la revisión del Comité de Ética de Investigación y Publicación Científica de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Akdeniz.

Disponibilidad de datos: Los datos que respaldan las conclusiones de este estudio pueden obtenerse previa solicitud al autor correspondiente.

AUTORES

Sinem Burcu Uğurlu

Departamento de Trabajo Social, Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, Universidad Akdeniz.

La Dra. Sinem Burcu Uğur es profesora asociada. Se licenció en Sociología por la Universidad de Ankara en 2010 y obtuvo el máster (2014) y el doctorado (2018) en Sociología por la Universidad de Akdeniz. En la actualidad, es docente en el Departamento de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de Manavgat de dicha universidad. Su investigación académica se centra en la sociología de la familia, los estudios de género, el envejecimiento, la mujer y la infancia, así como en los problemas sociales y las desigualdades. Ha publicado numerosos artículos nacionales e internacionales sobre temas como la violencia contra la mujer, el papel de las personas mayores en la familia, el divorcio, la atención institucional, la estigmatización y la exclusión social. Imparte cursos de grado y posgrado de Trabajo Social. El trabajo académico de la Dra. Uğur tiene como objetivo contribuir a la lucha contra las desventajas sociales y a la promoción de la justicia social.

sinemburcu@akdeniz.edu.tr 

Orcid ID: https://orcid.org/0000-0002-4984-4015 

Google Scholar: https://scholar.google.com/citations?user=CTQCtHcAAAAJ&hl=tr 


Fatma Yiğit Açıkgöz

Departamento de Marketing y Publicidad, Escuela Vocacional de Ciencias Sociales, Universidad de Akdeniz.

La profesora Fatma Yiğit Açıkgöz se graduó en el Departamento de Relaciones Públicas y Publicidad de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Akdeniz en 2005, obtuvo su máster en 2017 y su doctorado en 2023. En la actualidad, es profesora del Programa de Relaciones Públicas y Publicidad de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Akdeniz. Su trabajo se centra principalmente en la reputación corporativa, la gestión de crisis, las prácticas de relaciones públicas y los medios digitales. Cuenta con publicaciones nacionales e internacionales y proyectos de campo sobre reconstrucción de la reputación tras una crisis, análisis de la reputación en línea y comunicación con las partes interesadas. Imparte cursos de gestión de crisis, aplicaciones de relaciones públicas, gestión de relaciones con el cliente y marketing digital.

fatmayigit@akdeniz.edu.tr 

Orcid ID: https://orcid.org/0000-0003-3748-1496 

Google Scholar: https://scholar.google.com/citations?user=5s0e5qQAAAAJ&hl=tr 

 

Hasan Cem Çelik

Facultad de Comunicación, Universidad de Akdeniz.

El Dr. Hasan Cem Çelik es profesor asociado y obtuvo su doctorado en Radio, Televisión y Cine en 2019 en la Universidad de Akdeniz, con una tesis sobre el papel de la televisión en la formación de la imagen pública en relación con la violencia, los rasgos de personalidad y las representaciones del envejecimiento. Posteriormente, fue nombrado profesor asociado de Periodismo. En la actualidad, trabaja como investigador independiente. Su investigación académica se centra en los estudios de medios, el análisis de contenidos televisivos, el periodismo, la violencia y las representaciones sociales, el envejecimiento y los estereotipos. Ha publicado numerosos artículos nacionales e internacionales sobre la representación mediática de la violencia, la televisión y la ideología, la educación a distancia, los estudios culturales y la solidaridad social en tiempos de crisis. Imparte cursos de grado y posgrado en Comunicación y Periodismo. Su trabajo académico busca contribuir a una comprensión crítica de los medios y su papel en la configuración de las realidades sociales.

cemcelik@akdeniz.edu.tr

Orcid ID: https://orcid.org/0000-0002-4157-7223 

Google Scholar: https://scholar.google.com/citations?user=Izw4F4kAAAAJ&hl=tr 

 

Mehmet Arif Arık

Instituto de Ciencias Sociales, Universidad de Akdeniz.

El Dr. Mehmet Arik se licenció en Periodismo por la Universidad Técnica del Mar Negro en 2016, y obtuvo su máster (2020) y doctorado (2025) en Periodismo por la Universidad de Akdeniz. Entre 2022 y 2024 fue coordinador adjunto del Laboratorio de Nuevos Medios de la Facultad de Comunicación de dicha universidad. Su investigación académica se centra en el periodismo inmersivo, los nuevos medios, los videojuegos, la gamificación, la experiencia del usuario y la economía política de los medios. También está especializado en metodología bibliométrica, minería de textos y análisis digital. Ha publicado artículos nacionales e internacionales en revistas indexadas sobre temas como el periodismo inmersivo, el phubbing[14], la cultura digital, la sostenibilidad en los nuevos medios y la violencia contra las mujeres. Además, ha participado en proyectos académicos sobre medios de comunicación, digitalización y sociedad civil. Su trabajo académico busca contribuir a enfoques críticos e innovadores en el periodismo, y explora cómo las tecnologías emergentes transforman el consumo de noticias y las prácticas mediáticas.

m.arif.arik@gmail.com 

Orcid ID: https://orcid.org/0000-0001-9118-3022 

Google Scholar: https://scholar.google.com/citations?user=dhcVdKUAAAAJ&hl=tr

 

Mehmet Kayakuş

Departamento de Sistemas de Información de Gestión, Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, Universidad de Akdeniz.

El Dr. Mehmet Kayakuş es profesor asociado del Departamento de Sistemas de Información Empresarial de la Universidad de Akdeniz. Se licenció en Informática y Control por la Universidad de Mármara en 2006, se especializó en Electrónica e Informática por la Universidad de Süleyman Demirel en 2010 y se doctoró en Ingeniería Informática por la Universidad de Süleyman Demirel en 2018. Sus intereses de investigación incluyen la inteligencia artificial, el aprendizaje automático, la minería de datos y de texto, el procesamiento del lenguaje natural, la sostenibilidad financiera y las aplicaciones de la inteligencia artificial en ciencias de la comunicación. Ha participado como investigador principal o investigador en numerosos proyectos nacionales e internacionales. El Dr. Kayakuş ha publicado numerosos artículos en revistas internacionales y ha contribuido como autor de varios capítulos de libros. Además, ha presentado ponencias y ofrecido charlas invitadas en diversas conferencias nacionales e internacionales.

mehmetkayakus@akdeniz.edu.tr 

Orcid ID: https://orcid.org/0000-0003-0394-5862 

Google Scholar: https://scholar.google.com/citations?user=n-8KUycAAAAJ&hl=tr

 

İsmail Ayşad Güdekli

Departamento de Relaciones Públicas y Promoción, Facultad de Comunicación, Universidad de Akdeniz.

Nacido en 1982, Güdekli cursó primaria, secundaria y bachillerato en Antalya. Posteriormente, estudió Ciencias Políticas y Administración Pública en la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de Selçuk. Obtuvo una maestría en Comunicación Política en la misma universidad y un doctorado en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Akdeniz. Entre 2006 y 2014, fue coordinador de Programas de Intercambio en el Consejo de Educación Superior. Desde 2014 hasta 2018, trabajó como profesor asistente en la Facultad de Comunicación de la Universidad Akdeniz. En la actualidad, dirige el Departamento de Comunicación Interpersonal de la División de Relaciones Públicas y Publicidad de la Facultad de Comunicación de dicha universidad. Sus principales áreas de investigación son los estudios de género, los nuevos medios, el análisis semiótico y la comunicación política.

agudekli@akdeniz.edu.tr 

Orcid ID: https://orcid.org/0000-0002-6599-8452 

Google Scholar: https://scholar.google.com/citations?user=-purmeEAAAAJ&hl=tr


Serdar Paçacı

Departamento de Ingeniería Informática, Facultad de Tecnología, Universidad de Ciencias Aplicadas de Isparta.

El Dr. Serdar Paçacı es profesor asistente en la Facultad de Tecnología de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Isparta, en el Departamento de Ingeniería Informática, División de Software. Se licenció en Electrónica y Educación Informática en 2007 y en Ingeniería Informática en 2017, ambas titulaciones en la Universidad de Süleyman Demirel. Posteriormente, obtuvo una maestría en Electrónica y Educación Informática (2011) y un doctorado en Ingeniería Informática (2019) en la misma universidad. La investigación del Dr. Paçacı se centra principalmente en la inteligencia artificial, los algoritmos de optimización, las redes neuronales artificiales y las aplicaciones de laboratorio virtual. Ha publicado numerosos artículos y ponencias en revistas y congresos internacionales, con los que ha contribuido significativamente al avance del conocimiento en estos campos. A través de su trabajo científico, sigue impulsando el desarrollo de métodos computacionales y aplicaciones innovadoras en ingeniería informática.

serdarpacaci@isparta.edu.tr 

ORCID ID: https://orcid.org/0000-0002-7191-7452 

Google Scholar: https://scholar.google.com/citations?user=d2jDfpcAAAAJ&hl=tr


Derya Çizmeli

Instituto de Ciencias Sociales, Universidad de Akdeniz.

Derya Çizmeci se graduó en el Departamento de Finanzas de la Universidad Akdeniz y actualmente cursa un máster en el Departamento de Economía Laboral y Relaciones Industriales del Instituto de Ciencias Sociales de la misma universidad. Sus intereses académicos incluyen las tendencias actuales en la investigación de la comunicación, los estudios sobre nuevos medios, las perspectivas de sostenibilidad y los impactos sociales y económicos de los desarrollos tecnológicos. Mediante el uso de métodos de análisis bibliométrico, Çizmeci examina los desarrollos en los campos de la comunicación y los medios de comunicación, y produce estudios que contribuyen a la literatura nacional e internacional. Con un enfoque interdisciplinario, combina finanzas, economía y ciencias de la comunicación, lo que le permite ofrecer diversas perspectivas para la investigación en ciencias sociales y estudios de medios de comunicación.

202252058011@ogr.akdeniz.edu.tr 

Orcid ID: https://orcid.org/0009-0000-8069-4185 

 


Mehmet Arif Arik: Es periodista y académico, licenciado, máster y doctor en Periodismo, especializado en periodismo inmersivo, nuevos medios y economía política de la comunicación. Su investigación abarca la experiencia del usuario, la gamificación y el análisis digital, y ha publicado artículos en revistas nacionales e internacionales.

[2] Federación de Asociaciones de Mujeres de Turquía y Fondo de Población de las Naciones Unidas

[3] Creación de la plataforma «Detengamos el feminicidio»

[4] Jefe de Comunicaciones

[5] El tuit se publicó en respuesta a las noticias sobre violencia contra las mujeres que aparecieron en la prensa ese mismo día.

[6] Los tuits se han transferido con códigos específicos para garantizar el anonimato al citarlos. Estos códigos se indican mediante la abreviatura del usuario “U”.

[7] El tuit se basa en un ejemplo que refleja las actitudes de los municipios y los políticos en los debates sobre la normativa para los animales callejeros en Turquía.

[8] El tuit se publicó después de que una influencer de redes sociales fuera condenada a prisión por tirar liras turcas por el inodoro para obtener interacción.

[9] El tuit se publicó en relación con las series y películas de los principales medios de comunicación, emitidas en horario estelar, que contienen numerosas escenas de violencia contra las mujeres. Se observa un aumento significativo de tuits similares tras la emisión de los nuevos episodios semanales de estas series.

[10] El tuit se refería a los casos de divorcio que resultan en feminicidio y a los acuerdos de pensión alimenticia.

[11] El tuit se publicó después de que un imán insultara a las mujeres con las palabras: «En qué se han convertido las calles. Estamos hartas de ver carne». Este tuit se publicó después de que un imán que profirió estos insultos contra las mujeres discutiera con un diputado del partido de la oposición.

 

[12] El tuit se publicó después de que se utilizaran imágenes de audio y vídeo del asesinato de Emine Bulut en los créditos de un programa de televisión diurno.

[13] El tuit se publicó en la noticia sobre cuatro chicas que golpearon a la chica con la que habían hablado por teléfono, grabaron los hechos con sus móviles y los compartieron en las redes sociales.

[14] Acto de ignorar a alguien por mirar el móvil